THE LATIN VOX (31 de octubre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Xu Zhiyong, uno de los abogados de derechos humanos más destacados de China, se encuentra en huelga de hambre desde el 4 de octubre, según ha informado la organización no gubernamental Chinese Human Rights Defenders. Su protesta se debe a lo que describe como un tratamiento inhumano en prisión, que incluye la falta de contacto con su familia y una intensa vigilancia por parte de otros reclusos. Las preocupaciones sobre su salud han aumentado a medida que se aproxima el final de su tercer semana sin alimentos.
Xu, un académico y figura central en el movimiento de derechos civiles en China, ha estado detenido desde febrero de 2020, tras asistir a una reunión informal de abogados y activistas en diciembre de 2019 para discutir la sociedad civil y los asuntos actuales. Varias personas que participaron en ese encuentro, incluido su colega Ding Jiaxi, fueron arrestadas y posteriormente condenadas por subversión del poder estatal. En 2021, Xu fue sentenciado a 14 años de prisión, mientras que Ding recibió una condena de 12 años, castigos que fueron criticados por el alto comisionado de derechos humanos de la ONU.
Esta no es la primera vez que Xu enfrenta la cárcel; en 2014, fue condenado a cuatro años de prisión por “reunir a multitudes para alterar el orden público”. Desde la muerte de Liu Xiaobo, el laureado con el Premio Nobel de la Paz que falleció en 2017 mientras cumplía una sentencia de 11 años, Xu ha sido considerado por muchos como el disidente más significativo en China. Thomas Kellogg, director ejecutivo del Centro de Derecho Asiático en la Universidad de Georgetown, afirmó: “Xu Zhiyong es, en este momento, el activista vivo más importante de China”.
Xu es el fundador del Movimiento de Nuevos Ciudadanos, un colectivo de académicos, abogados y activistas que aboga por mejorar los derechos civiles y la transparencia gubernamental. Este movimiento ha sido aplastado en gran medida bajo el liderazgo de Xi Jinping, quien ha intensificado la represión contra la sociedad civil desde 2012.
Maya Wang, directora asociada de Human Rights Watch para China, comentó: “Dado que esta es la segunda vez que Xu está encarcelado, no es alguien nuevo en las prisiones chinas y en el maltrato que sufren los prisioneros. Su huelga de hambre probablemente refleja lo severamente que está siendo tratado”.
El 23 de octubre, Xu logró comunicarse por teléfono con un familiar y expresó su angustia por no poder hablar con su pareja, Li Qiaochu, quien también fue activista y fue liberada recientemente. “Debes contarle a Qiaochu y a mis amigos sobre mi huelga de hambre, de lo contrario, será en vano. Seguiré insistiendo hasta que garanticen mi derecho a comunicarme con Qiaochu”, declaró Xu, según un comunicado de sus simpatizantes.
La situación actual de Xu y su difícil acceso a la comunicación con el exterior han disminuido su notoriedad dentro de China, donde alguna vez fue una figura reconocida. Su valentía y determinación continúan inspirando a quienes luchan por los derechos humanos en un país donde la represión se intensifica. La comunidad internacional observa con preocupación su estado de salud y el tratamiento que recibe, exigiendo que se respeten sus derechos y los de todos los prisioneros políticos en China.
Crédito fotográfico: Bloomberg