Alberta agita al país con nuevas reglas para referéndums y un renovado impulso separatista

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THE LATIN VOX (1 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Justo cuando Canadá se prepara para celebrar su 158º aniversario, una nueva ola de inquietud política sacude a la provincia occidental de Alberta.

A partir de este viernes, el gobierno conservador de la primera ministra provincial, Danielle Smith, pondrá en marcha nuevas reglas que facilitan la convocatoria de referéndums provinciales impulsados por ciudadanos, incluyendo uno tan radical como la separación de Canadá.

Este cambio legal ha encendido una mecha. La organización Alberta Prosperity Project, que promueve activamente la independencia de Alberta, planea iniciar ese mismo día una petición oficial para convocar a un referéndum sobre la soberanía provincial. “No me sorprendería que si la votación fuera hoy, podríamos incluso ganarla”, afirmó Mitch Sylvestre, director ejecutivo del grupo.

Para que la pregunta llegue a las urnas, deberán recolectar 177.000 firmas en un plazo de 120 días. La pregunta que desean someter a votación es directa: ¿Está usted de acuerdo en que la provincia de Alberta se convierta en un país soberano y deje de ser una provincia de Canadá?

Una pugna de peticiones

Pero la carrera por el futuro de Alberta no es unilateral. Thomas Lukaszuk, ex viceprimer ministro provincial y ahora figura clave del movimiento contrario a la secesión, presentó antes que Sylvestre su propia petición: declarar oficialmente que Alberta desea permanecer en Canadá.

Aprobada por Elections Alberta el lunes, su petición requerirá 600.000 firmas debido a que fue registrada bajo las reglas antiguas. “Es un desafío, pero confío en que los albertanos firmarán por la unidad del país”, declaró Lukaszuk. Además, advirtió que la normativa vigente no permite peticiones simultáneas sobre un mismo tema: “Solo se permite una petición a la vez, por lo que la mía bloquea la de ellos”.

Entre el descontento y la legalidad

Las tensiones entre Alberta y Ottawa no son nuevas. La percepción generalizada en sectores de la provincia es que el gobierno federal ha explotado sus riquezas energéticas sin otorgarle un retorno justo. Políticas federales como el tope a las emisiones de gases de efecto invernadero y la prohibición de transporte de petróleo por la costa oeste han exacerbado el malestar.

Danielle Smith ha defendido su legislación como una manera de “escuchar a un pueblo frustrado con la Confederación” y promover una democracia más directa. Sin embargo, ha insistido en que su visión es una Alberta soberana dentro de una Canadá unida, una fórmula que para Lukaszuk “no tiene sentido”, comparándola con “estar soltero dentro de un matrimonio”.

¿Un salto al vacío?

Expertos legales advierten que, en caso de un referéndum separatista exitoso, Canadá se enfrentaría a un escenario sin precedentes, donde se necesitarían complejas negociaciones entre gobiernos, incluyendo a las Primeras Naciones.

Mientras tanto, el entusiasmo por la independencia crece en algunos sectores, alimentado por giras y eventos organizados por el Alberta Prosperity Project. Aun así, las encuestas actuales no reflejan un apoyo mayoritario a la separación. Pero Sylvestre confía en que eso cambiará: “Cuanto más compartimos nuestro mensaje, más crece el apoyo”.

En los próximos meses, Canadá no solo celebrará su aniversario, sino que observará con atención el pulso que Alberta está tomando respecto a su lugar dentro del país. Si bien el referéndum aún está lejos de concretarse, la conversación sobre la soberanía ya no es una mera especulación, sino una batalla política en pleno desarrollo.

¿Una nueva era para Canadá? El resultado de estas peticiones, y el debate que generen, podría redefinir el futuro político no solo de Alberta, sino del país entero.

Crédito fotográfico: Getty Images


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