THE LATIN VOX (23 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La ex canciller alemana Angela Merkel ha expresado su «gran preocupación» por el papel que Elon Musk podría desempeñar en la administración del presidente electo de EE. UU., Donald Trump, subrayando la creciente influencia de los grandes empresarios y las empresas tecnológicas en la política. En una entrevista publicada por la revista Der Spiegel, Merkel señaló que la relación entre Trump y los gigantes de Silicon Valley, liderados por Musk, presenta un desafío significativo para el orden democrático occidental.
Merkel, que dirigió Alemania durante 16 años, afirmó que su experiencia le enseñó que debe existir un equilibrio preciso entre los intereses políticos y los económicos para preservar la estabilidad social y democrática. A lo largo de su mandato, fue vista por algunos como la «líder del mundo libre», un título tradicionalmente reservado para los presidentes de EE. UU., especialmente durante la presidencia de Donald Trump. En su nuevo libro de memorias, que se publicará este martes, la ex canciller reflexiona sobre los riesgos que implican las alianzas entre la política y los intereses corporativos, especialmente en el caso de Musk.
El ascenso de Musk y su influencia política
Elon Musk, el CEO de SpaceX y Tesla, quien ha apoyado activamente a Trump en sus campañas, ha sido nombrado para liderar un nuevo departamento de eficiencia gubernamental en la administración entrante. Junto con el empresario Vivek Ramaswamy, Musk asumirá la responsabilidad de supervisar las reformas gubernamentales. Sin embargo, Merkel se mostró escéptica sobre este nombramiento, citando los vastos intereses financieros de Musk, que incluyen la posesión de alrededor del 60% de todos los satélites que orbitan en el espacio.
“Si una persona como él posee el 60% de los satélites en órbita, eso debería ser una gran preocupación para todos nosotros, junto con los problemas políticos que plantea”, señaló Merkel, advirtiendo sobre los riesgos de que las grandes empresas tecnológicas y sus magnates ejerzan una influencia desproporcionada en las decisiones gubernamentales. “La política debe determinar el equilibrio social entre los poderosos y los ciudadanos comunes”, agregó.
Un desafío sin precedentes
Merkel recordó que durante la crisis financiera de 2007-2008, fue el ámbito político el que, mediante medidas como rescates financieros y nuevas regulaciones, pudo estabilizar la situación. Para ella, la clave de una democracia libre reside en la capacidad de la política para contrarrestar el poder de las empresas y los ricos. “En una democracia, la política nunca está impotente frente a las empresas”, afirmó, destacando que un exceso de influencia empresarial en la política representa un desafío sin precedentes.
En este sentido, Merkel advirtió que si las decisiones políticas se ven demasiado influenciadas por los intereses corporativos, ya sea a través del poder del capital o la tecnología, podría ponerse en riesgo el equilibrio social y político de las democracias occidentales.
El riesgo de la concentración de poder
La preocupación de Merkel sobre la creciente concentración de poder en manos de unos pocos empresarios como Musk refleja una tendencia global hacia la expansión de la influencia corporativa en el ámbito político. Musk, que según informes ha recibido contratos públicos por valor de 15 mil millones de dólares, es considerado el hombre más rico del mundo y un defensor clave de Trump. Su apoyo a Trump incluye desde asesorar en la transición del presidente electo hasta participar en llamadas telefónicas con líderes mundiales como el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy.
Además, Musk ha sido parte fundamental de las conversaciones sobre recortar un tercio del presupuesto federal de EE. UU., lo que subraya aún más su creciente poder en la política estadounidense. La relación entre Trump y Musk ha puesto de manifiesto la creciente convergencia entre los intereses empresariales y la política en un momento en que las democracias occidentales enfrentan desafíos internos sobre el futuro de sus instituciones.
Un futuro incierto para las democracias libres
La crítica de Merkel a la influencia de Musk también está enmarcada dentro de una reflexión más amplia sobre el futuro de las democracias liberales. A lo largo de su tiempo en el poder, la ex canciller fue una firme defensora de los principios democráticos y del Estado de derecho, e insistió en que las sociedades libres deben contar con un equilibrio claro entre el poder empresarial y el poder político. “El reto es que las democracias mantengan su capacidad de regular y equilibrar el poder de las grandes corporaciones”, concluyó.
A medida que se aproxima la investidura de Trump y Musk asume un rol más destacado en el nuevo gobierno, la ex canciller alemana ha dejado claro que las democracias deben ser vigilantes frente a los riesgos que plantea la concentración de poder económico y tecnológico. El futuro político de EE. UU. y de otras democracias occidentales podría depender de cómo se gestione esta nueva era de poder corporativo.
Crédito fotográfico: https://www.spiegel.de/