
Amazon ha anunciado el cierre de sus siete centros de distribución en la provincia de Quebec, Canadá, lo que resultará en la eliminación de aproximadamente 1,700 empleos a tiempo completo y 250 posiciones temporales. La empresa ha indicado que esta decisión, basada en una reciente revisión operativa, tiene como objetivo ofrecer mayores ahorros a largo plazo a los clientes y planea volver a utilizar servicios de entrega locales de terceros.
Esta medida ha generado críticas por parte de sindicatos canadienses, que acusan a Amazon de intentar obstaculizar los esfuerzos de sindicalización en la región, especialmente después de que un almacén en Laval lograra sindicalizarse en mayo. El sindicato Confédération des syndicats nationaux (CSN), que representa a 300 trabajadores, afirma que esta decisión está dirigida a los empleados sindicalizados y contradice el Código Laboral de Quebec, prometiendo impugnar los cierres.
El ministro canadiense François-Philippe Champagne criticó la decisión y expresó sus objeciones al jefe de operaciones de Amazon en Canadá. Estas acciones recuerdan una disputa laboral anterior que involucró a Walmart en Quebec, lo que alimenta aún más las acusaciones de motivos antisindicales.
Amazon ha asegurado que los empleados afectados recibirán hasta 14 semanas de indemnización por despido y recursos para la búsqueda de empleo. La empresa insiste en que la decisión no está relacionada con la reciente sindicalización de los trabajadores en Laval, sino que forma parte de una estrategia para mejorar la eficiencia operativa y reducir costos.
Este desarrollo subraya las tensiones entre las grandes corporaciones y los movimientos sindicales en Canadá, planteando preguntas sobre las prácticas laborales y las estrategias de gestión de las empresas multinacionales en el país.