
THE LATIN VOX (7 de septiembre del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La reciente conferencia de National Conservatism (NatCon) en la capital estadounidense dejó una imagen inquietante: figuras de la ultraderecha, editores de publicaciones extremistas, nacionalistas cristianos y miembros de sociedades secretas compartieron escenario con senadores republicanos, funcionarios de la administración Trump y líderes de influyentes think tanks.
El evento, que reunió a centenares de activistas y dirigentes, subrayó lo que muchos analistas ya advierten: la línea que separa al trumpismo de la extrema derecha en EE. UU. se ha vuelto casi inexistente.
Nacionalismo cristiano y sociedades secretas
Entre los oradores figuraban miembros de la Society for American Civic Renewal (SACR), una red ultranacionalista y exclusivamente masculina, vinculada a ideas de inspiración neofascista.
Su cofundador, Charles Haywood, llegó a promover en redes sociales la preparación para “la guerra civil más sangrienta de la historia de la humanidad” y a pedir “la degradación total de la carrera profesional como meta de las mujeres”.
También participaron editores de Passage Press, una editorial dedicada a autores nacionalistas blancos y neorreaccionarios.
Funcionario trumpistas en el mismo escenario
Lo sorprendente no fueron los discursos de los extremistas, sino la presencia de altos cargos republicanos y de la administración Trump en el mismo foro. El senador de Misuri, Eric Schmitt, defendió que la Constitución estadounidense tiene una “base racial” y advirtió que la inmigración, incluso la legal, amenaza la identidad nacional.
Por su parte, Harmeet Dhillon, vicefiscal general y jefa de la división de derechos civiles del Departamento de Justicia, describió a su equipo como “las tropas de choque del presidente”. En su intervención acusó a los hospitales de practicar “mutilaciones” en nombre de la atención de género afirmativa.
A la lista se sumaron la directora de inteligencia nacional, Tulsi Gabbard, y la exsenadora Kelly Loeffler, actual responsable de la Administración de Pequeños Negocios.
Una agenda ultraconservadora
La conferencia se enmarcó en el impulso de Project 2025, la hoja de ruta diseñada por círculos de think tanks como la Heritage Foundation para consolidar una agenda ultraconservadora en el segundo mandato de Trump. Su presidente, Kevin Roberts, llamó a “canalizar la ira justa de los jóvenes” frente a inmigrantes y tecnologías que “amenazan con reemplazarlos”.
Alarmas en la sociedad civil
Organizaciones de derechos humanos advierten que el evento confirma la normalización de posturas antes marginales. Heidi Beirich, del Global Project Against Hate and Extremism, fue tajante: “NatCon está lleno de extremistas que difunden nacionalismo blanco y teorías conspirativas. Lo notable es que funcionarios y aliados de Trump son actores centrales, mostrando que hoy es casi imposible distinguir la ultraderecha de la administración”.
La escritora Katherine Stewart, autora de Money, Lies, and God, agregó: “No se trata de izquierda contra derecha. Este movimiento fanático no cree en la democracia, los derechos individuales ni el debate racional”.
Una democracia en tensión
La convergencia entre funcionarios gubernamentales y ultraderechistas en NatCon refleja un cambio profundo en la política estadounidense: la frontera entre el poder institucional y los extremismos se difumina peligrosamente.
Mientras Trump y sus aliados defienden que encarnan una “revolución de las horcas” contra las élites, críticos advierten que se trata de un proyecto autoritario que redefine el conservadurismo y pone en jaque las bases democráticas de Estados Unidos.
Crédito fotográfico: New York Magazine