
THE LATIN VOX (28 de junio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Desde su sorpresivo ascenso al poder en marzo, el primer ministro Mark Carney ha gobernado bajo una promesa clara y contundente: para el Día de Canadá, su gobierno liberal implementaría cambios decisivos que marcarían el rumbo del país. A escasos días del 1º de julio, el reloj no solo marca el tiempo, sino también el juicio público sobre si Carney podrá cumplir lo que prometió en una campaña cargada de ambición y urgencia.
Comercio interior: Una promesa de libre comercio nacional
Uno de los compromisos más audaces de Carney fue eliminar las barreras comerciales internas que, durante décadas, han fragmentado el mercado canadiense. Aunque estas restricciones dependen principalmente de las provincias, Carney afirmó que desde el nivel federal se alcanzaría el libre comercio para el Día de Canadá.
En respuesta, el Parlamento aprobó el proyecto de ley C-5, que elimina todas las barreras comerciales bajo jurisdicción federal y reduce las excepciones en el Acuerdo de Libre Comercio Canadiense. Si bien la implementación final dependerá de la cooperación provincial, se trata de un avance significativo hacia la integración económica del país.
Reducción de impuestos: Medidas en marcha
Carney también prometió aliviar la presión financiera sobre los canadienses. Desde su primer día en el cargo, firmó la eliminación del impuesto al carbono para los consumidores, vigente desde el 1º de abril.
Además, se comprometió a reducir en un punto porcentual la tasa impositiva más baja y eliminar el GST para los compradores de primera vivienda en propiedades inferiores a un millón de dólares. Estas medidas fueron incluidas en el proyecto de ley C-4, que ya pasó la segunda lectura en la Cámara de los Comunes. Aunque todavía falta su aprobación final, el gobierno ya puede comenzar a aplicarlas gracias a una moción de procedimiento aprobada a principios de junio.
Defensa europea: Un primer paso estratégico
En medio de crecientes tensiones geopolíticas, Carney ha buscado realinear la política de defensa canadiense. En un movimiento sin precedentes, anunció el 23 de junio un acuerdo de asociación estratégica en defensa y seguridad con la Unión Europea, abriendo el camino para que Canadá participe en el plan de rearme europeo, ReArm Europe.
Aunque aún no es una participación formal, este marco permitirá a Canadá sumarse a iniciativas como el programa de préstamos SAFE, destinado a modernizar las capacidades militares. Carney calificó la dependencia canadiense del material bélico estadounidense como «poco inteligente» y señaló este nuevo acuerdo como un cambio de rumbo esencial.
Reducción de la burocracia: Un compromiso en proceso
La simplificación regulatoria fue otro eje central de su plataforma. El gobierno prometió que todos los departamentos federales iniciarían una revisión de normas innecesarias y redundantes «en un plazo de 60 días». Sin embargo, el proceso aún no ha comenzado formalmente. La Oficina del Primer Ministro asegura que el Consejo del Tesoro está «preparando el lanzamiento» de la revisión, sin fecha exacta confirmada.
Lo que viene: Desafíos por delante
Aunque ha logrado avances notables, el camino de Carney está lejos de despejarse. Entre los próximos retos figuran:
- Negociación con EE. UU.: Carney y el presidente Trump acordaron iniciar negociaciones comerciales en un plazo de 30 días a partir del 16 de junio. El resultado de ese acuerdo podría tener enormes implicancias económicas.
- Ley de Fronteras Fuertes (C-2): Busca fortalecer la seguridad fronteriza, pero ha sido duramente criticada por su impacto potencial en la privacidad.
- Protección Cibernética (C-8): Reintroducida tras la disolución del Parlamento anterior, esta ley pretende proteger infraestructuras críticas frente a ciberamenazas.
- Ciudadanía para los “Canadienses Perdidos” (C-3): En respuesta a un fallo judicial, esta ley busca garantizar la ciudadanía a personas nacidas fuera del país antes de que sus padres obtuvieran la ciudadanía canadiense.
¿Promesas cumplidas o expectativas infinitas?
A pocos días del simbólico 1º de julio, Carney ha demostrado una capacidad inusual para mover el aparato estatal con rapidez. Ha cumplido o avanzado de manera concreta en varias de sus promesas más emblemáticas, pero otras —como la reducción de la burocracia y las leyes de seguridad— todavía cuelgan en el aire.
En un entorno global cada vez más volátil, y con un vecino estadounidense impredecible, Carney parece entender que la velocidad no es solo una virtud, sino una necesidad. El Día de Canadá podría marcar un hito… o una oportunidad perdida.
Con información de CBC News y fuentes parlamentarias.
Crédito fotográfico: Getty Images