
THE LATIN VOX (5 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un momento en que Europa parece estar a punto de perder la esperanza en la dirección que Estados Unidos está tomando bajo el liderazgo de Donald Trump, la posibilidad de persuadir al presidente estadounidense sobre el conflicto en Ucrania parece un sueño cada vez más distante.
Para muchos en el continente europeo, la postura de Trump hacia Rusia ha creado una brecha profunda en las relaciones transatlánticas, poniendo a prueba la fe en la alianza entre Europa y Estados Unidos, una alianza que durante décadas ha sido la piedra angular de la seguridad en el continente.
Desde el histórico discurso de JD Vance en la Conferencia de Seguridad de Múnich hasta el momento en que Trump cortó toda la ayuda militar de los Estados Unidos a Ucrania, el concepto de que el presidente estadounidense aún podría ser persuadido por Europa parece estar alcanzando su límite.
La sensación de que Trump se alinea más con los intereses de Rusia que con los de Europa ha sido demasiado difícil de asimilar para muchos.
Este cambio de rumbo amenaza con desmantelar años de trabajo en conjunto entre los gobiernos de Berlín, Londres, Roma y Helsinki, que hasta hace poco consideraban una alianza sólida con Washington como vital para la estabilidad y la independencia de Ucrania.
En el Reino Unido, el primer ministro Keir Starmer ha intentado mantener la calma y centrarse en el objetivo esencial: preservar la alianza de Occidente para asegurar la soberanía de Ucrania.
Sin embargo, este objetivo se ha vuelto más complicado a medida que Trump ha dado señales claras de que está dispuesto a desmantelar una década de esfuerzos de política exterior británica, que ha considerado como el pilar de su estrategia contra Rusia.
La realidad de la relación transatlántica: Una brecha profunda
Cuando Starmer fue cuestionado recientemente por un miembro del Parlamento escocés sobre la retirada de ayuda militar a Ucrania por parte de Trump, su respuesta fue rápida: «No he visto esos informes», asegurando que «esa no es nuestra posición».
Sin embargo, en pocas horas, el supuesto confidente de Trump en Europa estaba en comunicación directa con el presidente estadounidense, y Downing Street no aclaró si Starmer fue informado de los planes de Trump en ese momento.
Este giro en los eventos dejó claro que la postura de Trump sobre Ucrania es cada vez más distante y que, a pesar de los esfuerzos de los líderes europeos, su influencia sobre el presidente de Estados Unidos está alcanzando un punto muerto.
Este giro en la política exterior estadounidense se acentuó cuando Trump insistió en que la única garantía de seguridad para Ucrania debería ser un compromiso económico con los recursos naturales del país, en lugar de una mayor participación militar estadounidense.
Para Europa, esto es inaceptable, ya que implica un abandono de la promesa de proteger la soberanía de Ucrania y una rendición tácita ante los intereses imperialistas de Rusia.
Esta dinámica se está convirtiendo en un desafío cada vez más grande, ya que los líderes europeos se ven atrapados entre la necesidad de mantener una relación con Estados Unidos y la realidad de que Trump parece decidido a restaurar las relaciones con Rusia, incluso a expensas de la estabilidad europea.
La resistencia europea: ¿Puede Europa salvar a Ucrania sin la ayuda de EE.UU.?
El caso de Finlandia ilustra con claridad la difícil situación en la que se encuentra Europa. La ministra de Relaciones Exteriores de Finlandia, Elina Valtonen, habló recientemente en Chatham House, advirtiendo que, aunque Finlandia comparte los instintos atlánticos de Occidente, no puede aceptar un acuerdo de paz que implique la sumisión de Ucrania.
«No puede haber una paz sostenible en Ucrania sin una Ucrania fuerte y soberana», afirmó Valtonen, haciendo eco de la preocupación de otros países bálticos sobre la ambición imperialista de Rusia, que va más allá de Ucrania. «Rusia respeta solo la fuerza y la determinación», advirtió, recordando las lecciones históricas de la región, donde las concesiones a Moscú solo han llevado a más demandas.
A pesar de estos claros análisis de la amenaza rusa, muchos líderes europeos, incluido Starmer, aún se sienten reacios a criticar públicamente a Trump.
La necesidad de mantener la influencia de Estados Unidos en la región, especialmente en términos de apoyo militar y sanciones económicas, es crucial para la seguridad de Europa, y el temor de que Trump pueda levantar las sanciones a Rusia es una preocupación creciente.
¿Cómo seguir adelante?
A medida que las decisiones y los insultos se acumulan, parece que los defensores del compromiso con Trump están perdiendo terreno. La velocidad con la que Trump actúa, en comparación con la deliberación más cautelosa de Europa, ha creado una tensión palpable.
Si bien Europa sigue esperando que los Estados Unidos mantengan su apoyo, hay cada vez más dudas sobre si es posible salvar a Ucrania sin la intervención de Washington.
En este sentido, la situación parece cambiar con la llegada de un nuevo liderazgo en Alemania.
Friedrich Merz, el posible próximo canciller alemán, está dando señales de querer adoptar una postura más robusta respecto a Rusia, lo que podría cambiar el rumbo de la política europea. A pesar de los avances hacia una mayor autonomía de Europa, muchos se preguntan si será suficiente para enfrentar la amenaza rusa sin el respaldo estadounidense.
La reciente frustración de países como el Reino Unido y Francia refleja la creciente desconfianza en la política de Trump hacia Rusia, lo que deja a Europa con una difícil decisión: seguir esperando una postura más firme de los Estados Unidos, o comenzar a actuar por su cuenta para proteger su seguridad y la soberanía de Ucrania.
Sin duda, la dinámica de la relación transatlántica está en un punto crítico, y solo el tiempo dirá si Europa puede salvar su unidad y su influencia en medio de la creciente amenaza rusa.
Un punto de quiebre para Europa
El dilema europeo ante la postura de Trump es claro: ¿puede Europa realmente mantenerse unida y garantizar la soberanía de Ucrania sin la ayuda de Estados Unidos? Las señales son alarmantes, y las decisiones de Trump continúan alejando a Europa de la seguridad que históricamente ha dependido de Washington.
A medida que las tensiones aumentan, la lección parece clara: Europa debe prepararse para actuar de manera independiente si quiere salvaguardar la independencia de Ucrania y, por extensión, su propia seguridad a largo plazo.
Crédito fotográfico: The Hollywood Reporter