Análisis: Gobierno canadiense en crisis tras las amenazas de aranceles de Trump

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THE LATIN VOX (21 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

La amenaza de Donald Trump de imponer aranceles del 25% sobre todos los bienes y servicios de Canadá y México ha sumido al gobierno canadiense en una crisis política sin precedentes. Aunque Trump aún no ha asumido la presidencia, su influencia ya se deja sentir profundamente en el país vecino, generando un terremoto político que se ha intensificado tras la sorpresiva renuncia de la vicepresidenta canadiense Chrystia Freeland esta semana.

Freeland, quien era una de las principales negociadoras del gobierno de Justin Trudeau, dimitió el lunes tras un desacuerdo con el primer ministro canadiense sobre la respuesta adecuada a las agresivas amenazas comerciales de Trump. La situación no solo ha dejado a Trudeau en una posición de vulnerabilidad política, sino que también ha puesto en tela de juicio el futuro diplomático de Canadá en una era de incertidumbre con un Trump más combativo que nunca.

La amenaza de aranceles ha sido presentada por Trump como una medida para forzar a Canadá y México a reforzar la lucha contra el contrabando de drogas y personas en la frontera. Sin embargo, esta medida ha sido interpretada como una agresión diplomática sin precedentes hacia dos de los aliados más cercanos de Estados Unidos, que además son sus mayores socios comerciales. Ante la magnitud de la amenaza, Trudeau y la jefa de gobierno mexicana, Claudia Sheinbaum, se vieron obligados a buscar una respuesta rápida y efectiva.

El día siguiente a las amenazas, Trudeau voló a Florida para reunirse con Trump en su complejo Mar-a-Lago, donde ambos fueron fotografiados cenando juntos y sonriendo. Trudeau esperaba que este encuentro podría haber mitigado la situación, pero, lejos de eso, Trump utilizó el momento para ridiculizar al primer ministro canadiense.

Al día siguiente, cuando Trudeau anunció un plan de seguridad fronteriza por 1.3 mil millones de dólares, Trump lo interpretó como una victoria personal, celebrando que, a pesar de no haber asumido aún la presidencia, ya estaba «asegurando la frontera».

Además de arremeter contra Trudeau, Trump calificó a Freeland de «totalmente tóxica» y afirmó que los Estados Unidos «subvencionaban a Canadá con más de 100 millones de dólares al año». La reacción del presidente electo dejó claro que, para él, la diplomacia con Canadá estaba marcada por el desprecio y la constante búsqueda de ventajas unilaterales.

Para los analistas, las reacciones ante las amenazas de Trump muestran la polarización dentro de la política canadiense. Mientras Trudeau intenta apaciguar al presidente electo, el primer ministro conservador de Ontario, Doug Ford, se ha convertido en un firme crítico del plan de aranceles.

Ford ha lanzado una campaña mediática para destacar los graves riesgos económicos que los aranceles podrían generar para ambos países, cuyos mercados están profundamente interconectados. Incluso sugirió que Canadá podría cortar sus exportaciones de energía a los Estados Unidos si Trump implementa los aranceles, aunque luego moderó su tono ante las advertencias de otros líderes provinciales.

El lunes, los primeros ministros de las provincias y territorios de Canadá se reunieron para discutir el tema y proyectaron una respuesta unificada ante la amenaza de aranceles. Según Jean-Rodrigue Paré, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Ottawa, la oposición vocal de los primeros ministros es la mejor estrategia para Canadá mientras el parlamento está de receso.

«Trump es tan impredecible que ahora lo que Canadá necesita es diseñar una estrategia para proteger su economía frente a estas amenazas», dijo Paré, quien añadió que la dimisión de Freeland ha dejado a Trudeau en una posición política débil.

La salida de Freeland, quien era vista como una de las principales defensoras de los intereses canadienses en la arena internacional, ha desatado una ola de críticas tanto dentro como fuera del Partido Liberal. Algunos miembros del partido han comenzado a pedir la dimisión de Trudeau, acusándolo de no haber tomado las decisiones adecuadas para proteger al país frente a la presión de Trump.

Sin embargo, independientemente de si Trudeau permanece en el poder o no, las amenazas de Trump no desaparecerán pronto. «Trump es ahora una constante», señala Paré. «Esto sucedería, sin importar quién esté en el poder en este momento». Con la perspectiva de un segundo mandato de Trump, muchos en Canadá ya se están preparando para lo peor, sabiendo que las relaciones con el vecino del sur podrían volverse aún más tensas.

A través de sus publicaciones en redes sociales, Trump no ha dejado de burlarse de Canadá, llamando al primer ministro canadiense «gobernador» y sugiriendo en tono despectivo que el país debería considerar convertirse en un estado de los Estados Unidos. Para muchos analistas políticos, estas declaraciones son solo una muestra de lo que podría deparar el futuro para Canadá en 2025 si las amenazas comerciales de Trump se concretan.

El gobierno canadiense, ahora más que nunca, se encuentra ante un dilema diplomático y económico: ¿Cómo enfrentar a un presidente que parece decidido a desafiar las normas tradicionales de la diplomacia y la cooperación internacional? La respuesta de Trudeau y los líderes provinciales en los próximos meses será crucial para determinar el rumbo de Canadá en esta nueva era de incertidumbre global.

Crédito fotográfico: Reuters


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