Análisis: ¿Hacia dónde va la carrera global por la inteligencia artificial general ?

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THE LATIN VOX (10 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

La última actualización de ChatGPT, presentada esta semana por OpenAI, ha sido calificada por su director ejecutivo, Sam Altman, como “un paso significativo en el camino hacia la inteligencia artificial general (AGI)”, pero no como la meta final. “Falta algo bastante importante, muchas cosas importantes”, reconoció Altman, apuntando a limitaciones clave como la incapacidad de estos sistemas para “aprender de forma continua” tras su lanzamiento.

La AGI, por definición de OpenAI, es un estado hipotético en el que un sistema altamente autónomo puede realizar cualquier trabajo humano. Altman no es el único en la carrera: gigantes tecnológicos de EE. UU. y China compiten por alcanzarla, destinando miles de millones de dólares a modelos que prometen capacidades cada vez más amplias.

Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, declaró recientemente que el desarrollo de la “superinteligencia” —una IA que supere con creces las habilidades cognitivas humanas— está “ya a la vista”. Google, por su parte, anunció un modelo que entrena IA en simulaciones realistas, mientras que Anthropic presentó mejoras en su modelo Claude Opus 4.

Sin embargo, expertos advierten que el entusiasmo puede ir más rápido que la ciencia. “Es tanto un experimento mental como una tecnología”, explica el analista Benedict Evans. “Estamos construyendo el programa Apolo sin saber cómo funciona la gravedad”. Otros, como Aaron Rosenberg, exejecutivo de Google DeepMind, consideran que una definición más limitada de AGI podría lograrse hacia finales de esta década.

A pesar de que el listón de la AGI es un “objetivo en movimiento”, como señala el inversor Matt Murphy, los modelos actuales ya generan enormes beneficios. OpenAI ha alcanzado ingresos recurrentes anuales de 13.000 millones de dólares y podría superar los 20.000 millones este año, mientras se rumorea una valoración cercana a los 500.000 millones.

No obstante, voces como la de David Bader, del Instituto de Ciencia de Datos del NJIT, subrayan que las proclamaciones sobre superinteligencia pueden desviar la atención de problemas inmediatos como la fiabilidad, la transparencia y la ausencia de sesgos en los sistemas actuales.

La competencia no es solo estadounidense. China ha emergido con fuerza: seis de los veinte modelos mejor clasificados en la lista de Artificial Analysis son chinos, incluidos los de DeepSeek, Zhipu AI y Alibaba. En generación de vídeo, ByteDance lidera el ranking con su modelo Seedance.

Brad Smith, presidente de Microsoft, advirtió en el Senado de EE. UU. que la adopción global de un modelo será el factor decisivo en esta carrera, recordando la experiencia con Huawei y el 5G.

Mientras tanto, las dos mayores economías del mundo siguen invirtiendo cantidades colosales —cerca de 400.000 millones de dólares solo este año en el caso de las grandes tecnológicas estadounidenses— para llegar antes a una meta que, para algunos, sigue siendo tan incierta como ambiciosa. Como resume Rosenberg: “Hace cinco años parecía una locura decir que la AGI estaba en el horizonte. Ahora es casi consenso que vamos en esa dirección”.

Crédito fotográfico: Forbes


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