THE LATIN VOX (11 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La libertad de prensa en Estados Unidos está viviendo un momento decisivo. La nominación de Donald Trump para su segundo mandato, particularmente con la propuesta de Kash Patel como director del FBI, ha renovado las preocupaciones sobre un posible ataque a los medios.
Patel, conocido por sus llamados a tomar represalias contra los periodistas, ha hecho que muchos vean con inquietud lo que podría deparar un segundo mandato del expresidente.
Sin embargo, se ha abierto una oportunidad única para proteger a los medios y garantizar la libertad de prensa: la Ley de Protección a los Reporteros de la Vigilancia Estatal Explotadora (Press Act), una legislación bipartidista que podría transformar la protección de los periodistas en Estados Unidos.
La Ley de la Prensa: una oportunidad histórica para la libertad de los medios
La Press Act, que está a punto de ser sometida a votación, ofrece las protecciones más fuertes para los periodistas en la historia de los Estados Unidos. Esta legislación prohibiría las demandas secretas del gobierno para acceder a las comunicaciones de los periodistas a través de gigantes tecnológicos como Google o Verizon, y protegería a los reporteros de ir a prisión por negarse a revelar sus fuentes.
Una de las características fundamentales de esta ley es que permite a los periodistas hacer su trabajo de manera efectiva, manteniendo la confidencialidad de sus fuentes. Para los reporteros de investigación, esta es una herramienta esencial para exponer la corrupción y el abuso de poder.
Sin embargo, con las recientes decisiones judiciales que han debilitado las ya frágiles protecciones del “privilegio del reportero”, la Press Act es una respuesta necesaria que garantiza una protección federal comparable a las que existen en otras relaciones confidenciales, como las de abogados y clientes o médicos y pacientes.
Una ley que une a demócratas y republicanos
Lo que hace aún más notable a la Press Act es su carácter bipartidista. El proyecto ha sido apoyado tanto por demócratas como por republicanos. Aunque el presidente electo Trump ha instado a los republicanos a bloquearla, la ley cuenta con un fuerte respaldo en el Senado y podría llegar al escritorio del presidente Joe Biden antes de que termine la sesión del Congreso en enero.
El texto de la ley tiene algo para todos: su definición amplia de “periodista” incluye no solo a los que trabajan a tiempo completo para medios tradicionales, sino también a periodistas independientes, a aquellos que escriben en plataformas como Substack o a quienes publican principalmente en redes sociales como X.
Además, la ley contempla excepciones sensatas en materia de seguridad nacional, como prevenir un ataque terrorista o una amenaza inminente de violencia, sin diluir sus fuertes protecciones a la libertad de prensa.
La historia de la persecución a los periodistas: un problema bipartidista
La necesidad de esta legislación es aún más urgente cuando se considera la historia de abusos por parte de administraciones demócratas y republicanas.
Durante la presidencia de Obama, se llevaron a cabo un número récord de procesamientos contra filtradores, y su administración estuvo involucrada en varios escándalos de espionaje gubernamental, incluyendo el monitoreo secreto de periodistas de The Associated Press y Fox News.
Incluso la administración Biden, antes de dar marcha atrás tras la indignación pública, continuó algunas de las órdenes de vigilancia contra medios que la administración Trump había iniciado.
Este contexto muestra por qué la Press Act es, en realidad, uno de los proyectos más bipartidistas que se han presentado en años.
La Cámara de Representantes aprobó el proyecto de ley por unanimidad a principios de 2024, con varios republicanos destacados respaldándolo públicamente. En el Senado, se cuenta con poderosos patrocinadores de ambos partidos, como los demócratas Ron Wyden y Dick Durbin, así como republicanos pro-Trump como Mike Lee y Lindsey Graham.
Incluso el expresentador de Fox News Tucker Carlson ha expresado su apoyo a la ley, después de que la periodista Catherine Herridge, también de Fox News y CBS, fuera citada a declarar sobre una fuente de una noticia que escribió hace varios años. Herridge estuvo recientemente ante el tribunal de apelaciones de DC, donde sus abogados argumentaron que obligar a los reporteros a revelar sus fuentes envía una señal peligrosa y crea un efecto escalofriante en todo el país.
Una oportunidad que no se debe dejar pasar
El tiempo apremia. Para que la ley sea aprobada, el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, debe hacer de la Press Act una prioridad. La sesión del Congreso de lame-duck, que solo dura unas semanas, está a punto de terminar; si los senadores no actúan ahora, es posible que no tengamos otra oportunidad de aprobar una legislación tan crucial para la libertad de prensa en más de una década.
La aprobación de esta ley no solo sería un paso fundamental para garantizar las protecciones legales de los periodistas en Estados Unidos, sino que también sería un mensaje claro de que la libertad de prensa sigue siendo una piedra angular de la democracia estadounidense.
En un momento de creciente polarización y ataques a los medios, la Press Act representa una oportunidad histórica para proteger a quienes desempeñan un papel vital en mantener a los poderosos bajo control y a la sociedad informada.
Crédito fotográfico: Matt Rourke, AP (file)