THE LATIN VOX (4 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
A tan solo 18 días de su regreso a la Casa Blanca, el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, emitió un mensaje sombrío y apocalíptico que dejó entrever un inquietante panorama de lo que podría ser su segundo mandato.
En un post a la medianoche del 2 de enero en su plataforma Truth Social, Trump declaró con gravedad: “EE.UU. se está desmoronando”. Acompañando esta afirmación, el ex presidente describió una “erosión violenta de la seguridad, la seguridad nacional y la democracia” en el país, sugiriendo que solo la “fuerza y un liderazgo poderoso” podrían detenerla.
El mensaje llegó poco después de dos atentados violentos: uno en el Barrio Francés de Nueva Orleans, que dejó 14 muertos, y otro cerca del hotel de Trump en Las Vegas, donde un Tesla Cybertruck explotó.
Sin embargo, ambos ataques no tenían ninguna relación aparente entre sí. Lo preocupante es que Trump, fiel a su retórica habitual, intentó vincularlos erróneamente con su argumento contra la inmigración, sugiriendo que los responsables de los atentados eran migrantes ilegales. No obstante, ambos atacantes eran ciudadanos estadounidenses nacidos en el país.
La retórica de Trump: ¿Un estímulo para la violencia?
Heidi Beirich, cofundadora del Global Project Against Hate and Extremism, señaló que este tipo de comentarios por parte de Trump son peligrosos, ya que incitan a un nivel elevado de violencia contra los inmigrantes en el país. La retórica antiinmigrante de Trump, que ha marcado su carrera política, se ha exacerbado en momentos de crisis.
En 2015, tras un ataque terrorista en San Bernardino, California, llevado a cabo por una pareja islamista radicalizada, los crímenes de odio contra musulmanes aumentaron un 20% tras los comentarios del entonces candidato presidencial.
Brian Levin, profesor emérito de la Universidad Estatal de California y fundador del Center for the Study of Hate and Extremism, explicó que las palabras de los líderes políticos tienen un impacto directo en el aumento de los crímenes de odio.
Trump, con su discurso inflamatorio, ha alimentado agresiones contra comunidades minoritarias, incluidas las de los musulmanes y los afroamericanos. «Las declaraciones de los presidentes y otros líderes políticos tienen un impacto violento a nivel social», afirmó Levin.
Levin también advirtió que la retórica de Trump podría empoderar a los extremistas de derecha para actuar por su cuenta, lo que podría desembocar en actos de violencia en las calles. Recientemente, en Colorado, un hombre fue presuntamente atacado por un individuo que, citando a Trump, le dijo: “¿Eres incluso ciudadano estadounidense? ¡Esto es ahora América de Trump!” Este tipo de violencia dirigida a minorías, como los isleños del Pacífico, demuestra cómo la retórica incendiaria de Trump amplifica las tensiones sociales.
La distorsión de la realidad: El caso de Nueva Orleans y el ISIS
En cuanto al atentado en Nueva Orleans, el presidente electo usó el incidente como prueba de su teoría de una América “desbordada por los criminales inmigrantes”. Sin embargo, los hechos desmentían esta narrativa: el atacante, Shamsud-Din Jabbar, era un ex militar de Texas que se había radicalizado después de convertirse al Islam. Además, una bandera del Estado Islámico (ISIS) fue hallada en su vehículo, que había atropellado a varios transeúntes en Bourbon Street.
Colin Clarke, director de investigaciones del Soufan Center, advirtió que ISIS es una amenaza creciente y que sus esfuerzos por radicalizar a individuos en Occidente están surgiendo con fuerza. “ISIS se está recuperando y su propaganda continúa resonando con individuos en el oeste. Necesitamos un equipo de expertos en contraterrorismo para contrarrestarlo”, destacó Clarke.
Lo que está en juego no es solo la violencia interna derivada de los extremismos domésticos, sino también el resurgir de amenazas globales como el terrorismo islamista. La incapacidad de Trump para centrarse en este problema podría tener consecuencias devastadoras, especialmente si, como sugieren los analistas, su administración podría disminuir el enfoque en la lucha contra el terrorismo global, desviando recursos hacia la confrontación con enemigos internos.
Una tormenta perfecta de violencia política
Trump, con su retórica divisiva y su enfoque hacia la inmigración, parece haber tocado una fibra sensible en un país cada vez más polarizado. La amenaza de violencia política durante su segundo mandato, alimentada por el extremismo de derecha y el descontento generalizado, podría dar lugar a una “tormenta perfecta” de agresiones políticas y sociales, advirtió Levin. Esto incluiría tanto a grupos extremistas de derecha como a sectores más radicales de izquierda.
“El extremismo está evolucionando, y la política de Trump probablemente impulsará este proceso”, dijo Levin. Con un panorama internacional cada vez más tenso, el resurgir de movimientos violentos y la radicalización de sectores descontentos podría generar una situación aún más explosiva, alimentada por la polarización política interna y las tensiones externas.
En este contexto, las próximas elecciones presidenciales y el segundo mandato de Trump podrían representar no solo una lucha por el control político en EE.UU., sino una batalla por la dirección de la sociedad estadounidense frente a la amenaza de la violencia extremista, tanto doméstica como global.
Crédito fotográfico: The Conversation