
THE LATIN VOX (10 de marzo del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
A tan solo unos días de asumir el cargo de primer ministro de Canadá, Mark Carney se enfrenta a una tarea monumental: un país que lucha con crisis internas como la inaccesibilidad de la vivienda, el colapso de los sistemas de salud, el aumento de los costos de vida y la devastadora crisis climática.
Sin embargo, la mayor amenaza que domina su agenda no se encuentra dentro de sus fronteras, sino al sur, en la Casa Blanca. El presidente de EE. UU., Donald Trump, y sus políticas comerciales representan lo que Carney ha calificado como «la mayor crisis de nuestra generación».
En su discurso tras ganar la contienda por el liderazgo del Partido Liberal, Carney no dejó espacio a dudas: “El plan de Pierre Poilievre nos dejará divididos y listos para ser conquistados, porque una persona que adora el altar de Donald Trump se arrodillará ante él, no se enfrentará a él”. Esta crítica al liderazgo conservador refleja la creciente polarización política en Canadá, que se ha visto exacerbada por las tensiones con Estados Unidos.
La amenaza de los aranceles de Trump
El impacto de los aranceles impuestos por Trump sobre los productos canadienses podría ser devastador para la economía de Canadá, ya que una prolongada guerra comercial podría empujar a la nación hacia una recesión, con efectos colaterales que podrían desencadenar una cadena de crisis aún más grave.
Según Cameron Anderson, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Western, las dificultades económicas que enfrenta Canadá hoy son casi únicas en la historia reciente del país. «Tenemos grandes desafíos internos en términos de costo de vida, vivienda, atención médica y gestión de la inmigración… Y cuando miramos a Canadá en el mundo, probablemente estamos más amenazados y sentimos esa amenaza de una manera que no lo hacíamos en muchas generaciones», dijo Anderson.
Para Carney, la situación es aún más grave. En su discurso, dejó claro que Canadá no se doblegaría ante los intereses de Estados Unidos. «Los estadounidenses quieren nuestros recursos, nuestra agua, nuestra tierra, nuestro país. Piénsenlo por un momento. Si tienen éxito, destruirán nuestra forma de vida», advirtió. Carney prometió que Canadá no cedería ante las amenazas de su vecino del sur, reafirmando su compromiso de mantener loa aranceles retaliatorios hasta que Estados Unidos elimine por completo las suyas.
Un líder experimentado frente a una crisis sin precedentes
A pesar de los retos internos, Carney ha demostrado ser un líder con una experiencia sólida para enfrentar crisis de gran magnitud. Su papel como gobernador del Banco de Canadá le permitió gestionar la crisis financiera de 2008, evitando que el país cayera en una recesión profunda.
Luego, como gobernador del Banco de Inglaterra, fue clave para mitigar los efectos del Brexit. Esta trayectoria le ha otorgado la confianza de muchos canadienses, quienes consideran que Carney es la persona más capacitada para lidiar con las repercusiones económicas de la guerra comercial con EE.UU.
Una encuesta reciente de Nanos, realizada para CTV News, reveló que el 36% de los canadienses considera que Trump es el principal factor que influye en su voto. Le sigue la economía, con un 29%.
Antes de ganar el liderazgo del Partido Liberal, Carney ya era visto como el candidato mejor posicionado para abordar los efectos de las políticas comerciales de Trump.
El reto de unir al país frente a la adversidad
Con una retórica llena de metáforas del hockey, deporte muy querido en Canadá, Carney subrayó que el país no solo resistiría los embates de Trump, sino que «ganaría» en el ámbito comercial. “Así que, que los estadounidenses no se equivoquen… En el comercio, como en el hockey, Canadá ganará», afirmó Carney, buscando fortalecer el espíritu nacional ante la amenaza externa.
En un contexto de creciente polarización, la visión de Carney ofrece una narrativa clara y unificadora, apelando a la identidad canadiense y a la resistencia frente a las presiones externas. “América no es Canadá. Y Canadá nunca, jamás, será parte de América en ninguna forma, de ninguna manera», expresó con firmeza.
El futuro de Canadá ante una encrucijada
A medida que Canadá se prepara para unas elecciones nacionales que estarán marcadas por la figura de Trump y su influencia sobre la política interna, la pregunta fundamental será cómo Carney y el Partido Liberal lograrán equilibrar los desafíos domésticos con la creciente amenaza de una confrontación comercial con su mayor socio económico.
El camino hacia adelante es incierto, pero lo que está claro es que la postura de Carney frente a Trump será un tema central en la campaña electoral, con los votantes canadienses observando atentamente cómo su futuro líder maneja esta «crisis de nuestra generación».
En última instancia, la pregunta no es solo si Canadá podrá resistir la presión de Estados Unidos, sino si será capaz de mantenerse firme en un mundo cada vez más polarizado y cambiante.
Crédito fotográfico: Getty Images