THE LATIN VOX (25 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El gobierno de Justin Trudeau ha dado un paso importante en la batalla contra la inflación y el creciente costo de vida en Canadá, con un conjunto de medidas que incluyen un recorte temporal del GST sobre ciertos productos y el envío de cheques de $250 a los trabajadores que ganaron menos de $150,000 en 2023.
Estas iniciativas, que se extenderán hasta la primavera de 2025, están diseñadas para aliviar la presión económica que enfrentan muchos canadienses en un contexto postpandemia, donde la inflación ha erosionado el poder adquisitivo de las familias.
Sin embargo, aunque estas medidas son bien intencionadas, la pregunta crucial es si realmente pueden ofrecer una solución duradera o si solo están posponiendo la resolución de problemas estructurales más profundos.
¿Alivio temporal o solución real?
El recorte temporal del GST sobre ciertos productos es sin duda una medida que traerá alivio inmediato a muchas familias canadienses. Según el gobierno, una familia podría ahorrar hasta $100 en un gasto de $2,000 en productos elegibles, y hasta $260 en provincias con el HST, como Ontario.
Además, los cheques de $250 enviados a los trabajadores con ingresos bajos y medianos ofrecen una ayuda adicional para aliviar la carga económica de aquellos que más lo necesitan.
En un contexto de inflación creciente, donde los precios de alimentos, energía y vivienda se disparan, cualquier alivio es bien recibido. Sin embargo, estas son medidas temporales que no atacan las causas profundas de la inflación ni los desafíos estructurales que enfrenta la economía canadiense.
Por ejemplo, el gobierno promete un respiro de dos meses sobre productos como alimentos preparados, ropa infantil, libros y hasta árboles de Navidad. No cabe duda de que muchos canadienses apreciarán esta oportunidad de ahorrar en productos cotidianos, pero ¿realmente cambiarán el panorama económico de manera significativa?
Los ahorros individuales, aunque útiles, son insuficientes frente a los aumentos constantes de los precios en sectores clave como la vivienda, la energía y los servicios de salud. Estas medidas, aunque oportunas, no son más que un parche temporal que no aborda la raíz de los problemas económicos.
La crítica a corto plazo: un truco para recuperar popularidad
No ha pasado desapercibido que estas medidas coinciden con una caída en la popularidad del gobierno de Trudeau, que, según las encuestas, se encuentra a 17 puntos porcentuales detrás de los conservadores.
La oposición no ha tardado en calificar estas iniciativas como un «truco» destinado a recuperar apoyo en medio de la creciente frustración de los votantes con el aumento del costo de vida.
El líder del Partido Conservador, Pierre Poilievre, argumenta que este alivio temporal no resuelve los problemas estructurales más profundos, como los altos costos de la vivienda o el impacto de la política fiscal del gobierno, como el aumento del impuesto sobre el carbono.
Si bien es cierto que los canadienses están buscando respuestas a sus dificultades económicas, es necesario preguntarse si el gobierno está tomando las decisiones correctas.
El aumento de la deuda federal, que ha alcanzado los $1.4 billones, y el coste de las medidas propuestas, que ascienden a más de $6 mil millones, son indicativos de que el alivio fiscal podría no ser sostenible a largo plazo.
Los críticos temen que esta «inyección de dinero» pueda reavivar la inflación, que, a pesar de las recientes subidas de tasas del Banco de Canadá, sigue siendo una preocupación en el horizonte económico.
Un enfoque más allá del corto plazo
Por otro lado, el Nuevo Partido Democrático (NDP) ha planteado una propuesta más ambiciosa y estructural, sugiriendo la eliminación permanente del GST sobre productos esenciales como alimentos, ropa infantil y servicios básicos.
Esta medida, si bien costosa para el gobierno, podría ofrecer un alivio duradero y garantizar que las familias canadienses puedan acceder a lo que necesitan sin la carga de los impuestos. Sin embargo, la propuesta de los NDP aún no se ha concretado en una política pública y, en un contexto político polarizado, su implementación parece lejana.
El problema fundamental de la política fiscal canadiense es que no está abordando las causas subyacentes de la inflación y el aumento del costo de vida.
Mientras que medidas como el recorte temporal del GST pueden ser útiles para aliviar el estrés a corto plazo, el gobierno necesita pensar en reformas fiscales y económicas más profundas. La vivienda sigue siendo inalcanzable para muchos canadienses, y el aumento de los costos de energía y alimentos es una preocupación constante. Sin una estrategia integral que ataque estos problemas a largo plazo, el alivio será siempre temporal.
Un paso en la dirección correcta, pero sin resolver el problema
Las recientes medidas del gobierno de Trudeau son una respuesta rápida a una crisis de costo de vida que afecta a millones de canadienses. A pesar de su efectividad a corto plazo, estas iniciativas no resuelven los problemas estructurales que han llevado a la inflación y el aumento del costo de vida en primer lugar.
Si el gobierno desea garantizar un futuro económico más estable para sus ciudadanos, será necesario adoptar políticas que no solo ofrezcan alivio inmediato, sino que también promuevan un crecimiento económico sostenible y la justicia social. Sin un enfoque más profundo, los canadienses podrían encontrarse en una situación aún más difícil cuando terminen las medidas de alivio temporal.
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