Análisis: ¿Por qué las teorías sobre salud de RFK Jr. han desatado tanta controversia?

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THE LATIN VOX (4 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

La nominación de Robert F. Kennedy Jr. como secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, por parte del presidente electo Donald Trump, ha generado una ola de críticas y preocupaciones en el ámbito científico y de la salud pública.

Las posiciones de Kennedy, un conocido activista y líder del movimiento antivacunas, sobre temas como la seguridad de las vacunas y las dietas alimenticias, han encendido debates y alarmas entre expertos que temen que estas posturas no sean adecuadas para liderar una agencia clave encargada de velar por la seguridad de medicamentos, alimentos y la salud de la población.

Las vacunas: un tema controvertido

A pesar de que Kennedy insiste en que no es «antivacunas», sus declaraciones y campañas siguen cuestionando abiertamente la seguridad y eficacia de las vacunas. Fundador de Children’s Health Defence, una organización que promueve teorías sobre los peligros de las vacunas, ha señalado que estos tratamientos podrían haber causado más daño que bien, sugiriendo incluso que la vacuna contra el COVID-19 es «la más mortal de todas».

Sin embargo, la comunidad científica ha rechazado estas afirmaciones, destacando los avances en la prevención de enfermedades gracias a la inmunización, como la erradicación de la viruela, la poliomielitis y el sarampión, entre otras. Un estudio de la Universidad de Pensilvania subraya que las denuncias de efectos adversos en el sistema de vigilancia de eventos adversos (VAERS, por sus siglas en inglés) no han sido verificadas y no implican una relación causal directa entre las vacunas y los efectos reportados.

Kennedy también ha sostenido que el mercurio, presente en el conservante timerosal, fue la causa del supuesto vínculo entre las vacunas y el autismo, una hipótesis que fue desmentida en 1998 por la revista The Lancet y retirada posteriormente. Investigaciones posteriores han demostrado, con datos globales, que no existe ninguna correlación entre la vacunación infantil y el autismo.

Enfermedades crónicas en niños: ¿una epidemia?

Kennedy ha hablado repetidamente sobre lo que él denomina una «epidemia» de enfermedades crónicas en niños, como enfermedades autoinmunes, diabetes, asma y alergias alimentarias. Asegura que, en la década de 1960, solo el 6% de los niños sufrían de afecciones crónicas, mientras que ahora, esa cifra ha ascendido al 60%. Sin embargo, expertos como Christina Bethell de la Universidad Johns Hopkins cuestionan la validez de estos números, señalando que no existen datos confiables de salud infantil de esa época que permitan hacer una comparación precisa.

Si bien no hay evidencia de que tales enfermedades hayan aumentado tan drásticamente, Bethell reconoce que la salud infantil es un tema relevante, ya que Estados Unidos se encuentra entre los países con peores índices de bienestar infantil. Kennedy ha logrado poner de relieve esta cuestión, lo que podría generar un debate necesario sobre la salud pública en el país.

Aceites vegetales: el veneno de la modernidad

Otro tema que ha provocado controversia son las afirmaciones de Kennedy sobre los aceites vegetales. Recientemente, ha señalado que los estadounidenses están siendo «envenenados» por estos aceites y que son una de las principales causas de la epidemia de obesidad. No obstante, investigadores como Christopher Gardner, profesor de Medicina en la Universidad de Stanford, argumentan que décadas de investigación han demostrado que los aceites vegetales son saludables y más beneficiosos que otras alternativas para cocinar, como la mantequilla o el sebo.

El debate sobre los aceites vegetales gira en torno a su contenido en ácidos grasos omega-6, los cuales, según Kennedy, son dañinos. Sin embargo, estos ácidos grasos poliinsaturados, cuando se consumen en equilibrio con los omega-3, pueden contribuir a reducir los niveles de colesterol malo en la sangre, según numerosos estudios científicos.

Un debate sobre la ciencia y la política

Las teorías de Robert F. Kennedy Jr. han generado un intenso debate sobre la relación entre la ciencia y la política pública. Si bien algunos de sus puntos de vista han logrado atraer a seguidores, muchos expertos en salud pública los consideran peligrosos y basados en desinformación. A medida que su influencia crece, especialmente con su posible entrada al gabinete de Trump, la comunidad científica se encuentra en una posición incómoda, al tener que confrontar no solo los riesgos de sus afirmaciones, sino también el impacto que podrían tener en la salud pública si se implementan como políticas oficiales.

Con un historial de cuestionamientos a los avances científicos, desde la seguridad de las vacunas hasta los alimentos procesados, Kennedy representa una figura polarizadora. Mientras algunos lo ven como un defensor de la salud infantil y el medio ambiente, otros lo acusan de difundir teorías pseudocientíficas que podrían tener consecuencias graves para la salud pública.

Este es solo uno de los muchos capítulos en la creciente disputa entre los defensores de la ciencia y los cuestionadores de la misma, en un mundo donde la desinformación sobre salud sigue siendo una amenaza global.

Crédito fotográfico: The New York Times


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