Análisis: Putin prioriza Ucrania sobre Trump … por qué el Kremlin sacrifica relaciones con EE.UU.

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THE LATIN VOX (22 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

La aparente ruptura entre Donald Trump y Vladimir Putin ha causado sorpresa en algunos círculos diplomáticos, pero para los analistas y fuentes cercanas al Kremlin, era un giro inevitable.

A pesar de meses de gestos conciliadores hacia el presidente estadounidense, Putin siempre tuvo claro que sus ambiciones en Ucrania están por encima de cualquier alianza con la Casa Blanca.

La reciente decisión de Trump de aprobar un paquete de ayuda militar a Ucrania y amenazar con sanciones “masivas” a Rusia, si no se alcanza un acuerdo de paz en 50 días, marca un punto de inflexión.

Pero según fuentes internas, Putin nunca confió plenamente en que Trump estaría dispuesto a sacrificar los intereses estratégicos de Estados Unidos por una amistad personal.

“Moscú está decepcionada, sí, pero esto era previsible”, confesó un exalto funcionario del Kremlin bajo anonimato. “Para Putin, la guerra en Ucrania no es una operación política: es existencial.”

El desencanto tras una breve luna de miel

Cuando Trump volvió a la presidencia a comienzos de año y reiteró su promesa de resolver el conflicto en Ucrania “en 24 horas”, el Kremlin percibió una oportunidad estratégica. La tensa relación entre Trump y el presidente ucraniano Volodímir Zelenski reforzó la idea de un posible cambio en la postura de Washington.

Pero el optimismo se desvaneció cuando Trump, frustrado por la falta de respuesta de Putin tras varios contactos personales, optó por endurecer su postura. “Hablaba con Putin, pensaba que habíamos terminado, y luego bombardeaban una residencia de ancianos”, se quejó Trump públicamente, revelando su molestia ante lo que percibió como una traición personal.

“Putin no trató de humillarlo deliberadamente, pero definitivamente malinterpretó su reacción”, indicó la misma fuente del Kremlin.

¿Una tregua de 50 días o un cheque en blanco?

A pesar de las amenazas, muchos en Moscú respiraron aliviados. Desde el punto de vista ruso, los 50 días exigidos por Trump representan una ventana útil para intensificar su ofensiva en el frente ucraniano.

“Putin ve a Trump como emocional y manipulable. Todavía cree que puede influir en él”, comentó un funcionario cercano a la política exterior rusa.

La estrategia del Kremlin pasa ahora por acelerar sus avances militares, especialmente en el este de Ucrania, donde la ciudad estratégica de Pokrovsk se encuentra bajo creciente presión.

El uso masivo de drones kamikaze y los bombardeos nocturnos han debilitado las defensas ucranianas, y Moscú confía en lograr avances significativos antes de que expire el plazo de Trump.

La élite rusa se divide

Entre los sectores más moderados del establishment ruso, crece la frustración. Muchos veían en Trump una oportunidad para aliviar las sanciones, reactivar las relaciones comerciales con Occidente y restablecer negociaciones de control armamentístico.

Pero ese grupo es cada vez más irrelevante dentro del círculo de poder, asegura la analista política Tatiana Stanovaya. “Hay molestia en algunos sectores de Moscú, pero quienes priorizan mejorar la relación con Washington no tienen peso político real”, afirma.

En cambio, la facción más beligerante dentro del Kremlin ha ganado terreno, convencida de que el enfrentamiento con Estados Unidos es inevitable. Para ellos, Trump ya no es un aliado: es simplemente otro actor hostil que suministra armas a sus enemigos.

La paz, un concepto condicionado

Putin ha dejado claro que solo aceptará un acuerdo de paz si se cumplen sus exigencias máximas, que incluyen:

  • La neutralidad total de Ucrania y la renuncia a entrar en la OTAN.
  • La aceptación de las ganancias territoriales rusas, consolidando la ocupación del este y sur ucraniano.
  • Garantías legales para la protección de rusoparlantes.
  • La imposición de un límite militar a las fuerzas armadas ucranianas.

“Más de 100.000 soldados rusos han muerto en esta guerra”, recordó el exfuncionario del Kremlin. “Putin no puede volver a casa con algo que no se perciba como una verdadera victoria”.

¿Y la opinión pública?

Paradójicamente, entre la ciudadanía rusa, las encuestas muestran un aumento en el deseo de poner fin a la guerra y una ligera mejora en la percepción de Estados Unidos. Pero esos sentimientos tienen escasa influencia en el rumbo del país, donde la narrativa oficial insiste en que el conflicto es una lucha por la supervivencia nacional.

El ideólogo ultranacionalista Alexander Dugin lo dejó claro en un mensaje en Telegram:

“No olvidemos: vemos a Estados Unidos no como árbitro neutral, sino como parte beligerante. Putin le dio tiempo a Trump. Ese tiempo se está acabando.”

¿Qué viene ahora?

Con la ventana de 50 días corriendo y las bombas aún cayendo sobre Ucrania, el destino de las relaciones entre Moscú y Washington —y quizás de la guerra misma— parece depender de un equilibrio precario entre diplomacia frustrada, ambición geopolítica y cálculo militar.

El mundo observa. Pero para Putin, todo indica que no hay marcha atrás. Y Trump, quien alguna vez fue recibido como posible aliado, ahora es solo otro obstáculo más en el camino hacia una victoria que el Kremlin considera imprescindible.

Crédito fotográfico: CBS News



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