
THE LATIN VOX (11 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha lanzado una amenaza que podría desencadenar una crisis comercial entre dos de los aliados más cercanos del mundo.
En una carta publicada en su red social, Truth Social, Trump advirtió que impondrá un arancel del 35% a todos los productos canadienses a partir del 1 de agosto, a menos que Canadá, o sus empresas, decidan manufacturar productos dentro de territorio estadounidense.
Esta amenaza llega en un momento crítico, justo cuando el presidente y el primer ministro canadiense, Mark Carney, están inmersos en intensas negociaciones para llegar a un acuerdo comercial antes del 21 de julio.
Sin embargo, Trump no solo ha condicionado el arancel a las decisiones de manufactura en EE. UU., sino que también prometió incrementar el gravamen si Canadá decide responder con medidas retaliatorias.
La amenaza y los motivos detrás de ella
Trump no ha ocultado su enojo por lo que considera una falta de acción de parte de Canadá para frenar el tráfico de fentanilo hacia los Estados Unidos.
En su carta, el mandatario estadounidense reiteró su acusación de que este opioide sintético está «inundando» su país desde el norte, aunque los datos muestran que el flujo de esta droga desde Canadá es relativamente bajo comparado con el tráfico proveniente de la frontera sur. Sin embargo, esta es una de las principales justificaciones que Trump ha utilizado para imponer aranceles en el pasado.
Además, el presidente mencionó otros «irritantes» comerciales en su carta, incluyendo el sistema canadiense de gestión de la oferta, que regula sectores como la leche y el pollo, y que para Trump representa un obstáculo en la relación comercial entre ambos países.
Desde que fue reelegido, Trump ha intensificado sus críticas hacia Canadá, imponiendo aranceles de hasta el 25% en productos que no cumplen con las normativas del T-MEC (acuerdo entre Estados Unidos, Canadá y México), así como aranceles sobre acero, aluminio y automóviles. Estos impuestos han tenido consecuencias devastadoras para la economía canadiense, provocando la pérdida de empleos y una disminución de las exportaciones.
La respuesta canadiense: Diplomacia y expectativas
El gobierno canadiense ha respondido con una serie de medidas, incluida una inversión de 1.3 mil millones de dólares en seguridad fronteriza y la designación de un «zar del fentanilo», con el fin de calmar las preocupaciones de la Casa Blanca.
Además, el Ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Anita Anand, se mostró optimista en cuanto a la posibilidad de llegar a un acuerdo antes de la fecha límite del 21 de julio. Desde Malasia, donde participa en la Cumbre de la ASEAN, Anand destacó la importancia de alcanzar un entendimiento para la salud de la economía canadiense.
Por su parte, el líder del Partido Conservador de Canadá, Pierre Poilievre, calificó de «injustificada» la amenaza de los aranceles y llamó a la unidad nacional. «Todos los canadienses deben unirse para defender nuestra economía. Los conservadores estamos listos para hacer todo lo posible para asegurar el mejor acuerdo para Canadá», expresó Poilievre en su cuenta de redes sociales.
Aranceles más allá de Canadá
Lo que parece ser un enfoque exclusivamente hacia Canadá no es un caso aislado para Trump. En las últimas semanas, el presidente ha emitido cartas similares amenazando con aranceles a una serie de países, incluidos Brasil, las Filipinas, Brunei, Moldavia, Argelia, Libia, Irak y Sri Lanka.
Este patrón sugiere una estrategia más amplia de Trump para revisar o renegociar acuerdos comerciales en todo el mundo, en su intento por fortalecer la economía estadounidense a expensas de otras naciones.
¿Qué significaría para la economía global?
La implementación de aranceles del 35% sobre todos los productos canadienses sería devastadora no solo para Canadá, sino también para Estados Unidos. La relación comercial entre ambos países es de vital importancia, con un intercambio de más de 700 mil millones de dólares al año.
Las medidas de Trump podrían elevar los precios de los productos que los consumidores estadounidenses importan de Canadá, desde alimentos hasta materiales industriales, afectando a industrias clave y generando inflación.
Además, la situación podría agravar las tensiones dentro del T-MEC, un acuerdo comercial que fue diseñado para reducir barreras comerciales entre los tres países de América del Norte. Si Trump lleva a cabo su amenaza, podría hacer peligrar la estabilidad económica en la región, afectando no solo a Canadá y Estados Unidos, sino también a México, cuyo comercio con ambos países también se vería alterado.
El futuro de la relación comercial
A medida que se acerca la fecha límite del 21 de julio, la incertidumbre sobre el futuro de las negociaciones entre Trump y Carney crece. Los líderes mundiales estarán observando de cerca cómo evoluciona esta disputa, pues sus repercusiones podrían tener efectos de largo alcance sobre la economía global.
Aún queda por ver si Canadá cederá ante las presiones de Trump o si buscará nuevas alternativas para proteger su economía. Sin embargo, lo que parece claro es que la relación comercial entre ambos países nunca será la misma si estas amenazas se materializan.
La pregunta ahora es: ¿están preparados los canadienses y los estadounidenses para enfrentar las consecuencias de una guerra comercial a gran escala?
La batalla comercial entre Canadá y Estados Unidos ha entrado en una nueva fase, y lo que ocurra en las próximas semanas podría definir el rumbo de las relaciones económicas entre las dos naciones por los próximos años.
Crédito fotográfico: ABC News