Análisis: Relación bilateral franco alemana enfrenta crisis sin precedentes

To shared

THE LATIN VOX (15 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz

Durante décadas, la relación entre Francia y Alemania ha sido el corazón palpitante de la Unión Europea, el motor que ha impulsado el proyecto europeo hacia la integración política y económica. Como bien lo expresó el ex presidente francés Jacques Chirac: “Cuando Francia y Alemania avanzan, toda Europa avanza. Cuando no lo hacen, todo se detiene”.

Sin embargo, más de 20 años después de estas palabras, el motor franco-alemán parece estar averiado, con ambos países sumidos en una profunda crisis política y económica que amenaza con frenar el progreso de la UE.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron enfrenta una creciente inestabilidad política. El reciente nombramiento de François Bayrou como primer ministro, tras la caída del gobierno más breve desde 1958, resalta la fragilidad de su administración.

Bayrou tendrá la ardua tarea de intentar formar un gobierno estable mientras el déficit público del país se dispara y la deuda alcanza un alarmante 110% del PIB. Las perspectivas económicas no son mejores, con un pronóstico de crecimiento estancado y una calificación crediticia que ahora se encuentra por debajo de la de Grecia.

Mientras tanto, en Alemania, el gobierno de coalición liderado por el centroizquierda, que ya lidiaba con una serie de crisis, se desmoronó el mes pasado bajo el peso de sus propias contradicciones ideológicas y las presiones derivadas de la guerra en Ucrania.

La situación es igualmente preocupante en el ámbito económico, ya que Alemania enfrenta altos costos energéticos y laborales, junto con una infraestructura deteriorada y una expansión digital rezagada. La desaceleración del comercio con China, un socio comercial clave, ha afectado negativamente las exportaciones alemanas, mientras que la industria automotriz, tradicionalmente una de las más fuertes del país, se ve amenazada por la falta de vehículos eléctricos competitivos y posibles aranceles estadounidenses bajo la presidencia de Donald Trump.

Con las elecciones en Alemania programadas para el 23 de febrero y la imposibilidad de Francia de convocar nuevas elecciones parlamentarias hasta julio, la toma de decisiones en la UE se ve seriamente obstaculizada por la parálisis política en los dos países más influyentes del bloque.

La falta de gobiernos fuertes en París y Berlín podría sumir a la Unión Europea en meses de indecisión, justo cuando el continente se enfrenta a desafíos globales como el regreso de las políticas «América Primero» bajo la presidencia de Trump y las tensiones económicas con China.

Las economías de Francia y Alemania, que representan el 41% del PIB de la UE, están en pleno proceso de contracción. Si ambas economías se desploman en 2025, como predicen algunos analistas, las repercusiones para toda Europa serán profundas.

La caída de estas dos potencias económicas podría hacer que la UE se vea atrapada en un espiral de estancamiento, con poca capacidad para hacer frente a los desafíos externos y una falta de liderazgo interno.

En Alemania, el canciller Olaf Scholz, ya impopular, se enfrenta a una votación de confianza que podría desencadenar nuevas elecciones. La crisis política se profundizó tras la destitución del ministro de Finanzas Christian Lindner, lo que dejó al gobierno con una coalición minoritaria incapaz de adoptar políticas significativas.

Los partidos políticos de derecha, como la CDU/CSU, liderada por Friedrich Merz, podrían asumir el control del país, pero la falta de una mayoría absoluta obligaría a Merz a formar coaliciones que diluirían sus planes de reforma económica.

Por su parte, el modelo económico de Alemania, centrado en la producción de vehículos con motores de combustión y en el suministro de combustibles fósiles baratos, parece cada vez más obsoleto. Sin embargo, pocos políticos se atreven a abordar este cambio de manera directa. Muchos analistas, como Kai Arzheimer, científico político en la Universidad de Mainz, son escépticos de que Alemania logre un “nuevo comienzo” en el futuro cercano.

El colapso de las coaliciones gubernamentales y las crisis económicas que afectan tanto a Francia como a Alemania son señales claras de que el motor franco-alemán está en sus últimos estertores. Con Europa en un momento crítico y sin una dirección clara, el futuro de la Unión Europea podría depender de si París y Berlín logran salir de su espiral de inestabilidad o si, por el contrario, el bloque se encuentra con una parálisis que podría llevarlo a una nueva era de incertidumbre.

Crédito fotográfico:


To shared

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *