THE LATIN VOX (22 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
Elon Musk, el hombre más rico del mundo y CEO de Tesla y SpaceX, se encuentra en una posición única para influir en la dinámica entre dos de las economías más poderosas del planeta: Estados Unidos y China. Con sus conexiones tanto con el presidente estadounidense Donald Trump como con el líder chino Xi Jinping, Musk podría desempeñar un papel clave en la navegación de Tesla a través de las tensiones comerciales y políticas que amenazan con afectar a la industria de vehículos eléctricos (EVs) en el futuro cercano.
A lo largo de los últimos años, Musk ha mostrado un respaldo claro hacia Trump, a pesar de haber apoyado inicialmente a Joe Biden. Su relación con la actual administración estadounidense se deterioró cuando Musk sintió que la Casa Blanca no estaba apoyando adecuadamente a Tesla, su empresa de autos eléctricos y energía verde. En contraste, Trump ha sido un firme defensor de Tesla, aunque su promesa de eliminar los subsidios a los vehículos eléctricos genera preocupación. En 2024, Musk formalizó su apoyo a la reelección de Trump, donando más de $100 millones a la campaña presidencial y desempeñando un papel activo en la promoción del magnate republicano.
Sin embargo, la relevancia de Musk va más allá de sus vínculos con Trump. El CEO de Tesla también ha cultivado una relación cercana con los líderes chinos, en particular con Xi Jinping. Musk ha visitado China en varias ocasiones, incluyendo un viaje sorpresa a Beijing en abril de 2024, donde se reunió con el primer ministro chino, Li Qiang. Li fue el secretario del Partido en Shanghái en 2019, cuando Tesla inauguró su primera fábrica en el país, la cual es ahora la planta de producción más grande de la empresa a nivel mundial. Además, Tesla ha recibido un apoyo significativo del gobierno chino, incluidos préstamos de bancos estatales a tasas de interés favorables y un tipo impositivo corporativo reducido.
Este fuerte respaldo de China hacia Tesla tiene sentido, ya que la empresa se ha alineado con dos de las tres prioridades económicas del presidente Xi: las energías renovables y los vehículos eléctricos, con Tesla jugando un papel clave en ambas áreas. En 2024, Tesla comenzó la construcción de una nueva planta de $200 millones en Shanghái para producir baterías de iones de litio de gran escala, lo que subraya la inversión de Musk en el futuro económico de China. Los medios de comunicación chinos han destacado este compromiso, a pesar de la creciente presión de Estados Unidos sobre el sector de vehículos eléctricos chinos, como una señal de la confianza que los líderes industriales tienen en el avance tecnológico de China.
Con su fuerte presencia en el mercado chino y la creciente importancia de Tesla en la economía global, Musk se encuentra en una posición estratégica para mediar en la creciente disputa comercial entre Estados Unidos y China. La administración Trump ha prometido imponer tarifas de hasta el 60% sobre las importaciones chinas, lo que incluye una tarifa del 100% sobre los vehículos eléctricos fabricados en China. Musk ha sido crítico de estas medidas, advirtiendo que Tesla podría verse gravemente afectada, especialmente dado que sus vehículos utilizan baterías fabricadas por la empresa china CATL.
Sin embargo, expertos como Daniel Ives, jefe de investigación tecnológica en Wedbush Securities, creen que Musk tiene la capacidad de negociar excepciones para Tesla en medio de la guerra comercial. Ives predice que Musk, aprovechando su «relación cercana» con Trump, podría negociar condiciones favorables para Tesla, como exenciones de tarifas para los vehículos eléctricos y las baterías fabricadas en China. Además, podría desempeñar un papel clave en suavizar las tensiones comerciales entre las dos naciones, lo que beneficiaría no solo a Tesla, sino también a otras empresas del sector de la energía renovable.
Si Musk logra gestionar exitosamente esta relación bilateral, podría allanar el camino para un futuro más favorable para Tesla, no solo en China, sino también en el mercado global de vehículos eléctricos. Sin embargo, el futuro de la industria sigue siendo incierto, y las políticas comerciales y las decisiones estratégicas de Musk podrían determinar el rumbo de Tesla en los próximos años. En este contexto, el poder de influencia de Musk, tanto en los Estados Unidos como en China, nunca ha sido tan crucial.
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