THE LATIN VOX (4 de diciembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en una segunda administración podría traer consigo una serie de amenazas históricas a la libertad de prensa en Estados Unidos, un país que, hasta ahora, se había destacado por su firme defensa de la libertad de expresión y el periodismo independiente.
A lo largo de su campaña electoral, Trump dejó claro que tenía a los medios de comunicación en la mira. En un mitin durante la víspera de las elecciones, el presidente electo declaró que no le importaría si un asesino disparaba contra los periodistas que se encontraban frente a él.
Esta retórica incendiaria, lejos de ser una simple salida de tono, refleja un patrón peligroso que podría marcar el rumbo de su segundo mandato. A lo largo de su primer período presidencial, Trump ya mostró su desdén hacia el periodismo crítico, atacando constantemente a los medios que no se alineaban con sus intereses y, en algunos casos, emprendiendo acciones legales contra ellos.
El caso más reciente fue una demanda contra CBS tras una entrevista con Kamala Harris en su programa 60 Minutes. Sin embargo, las amenazas a la prensa bajo su segundo mandato podrían ser aún más graves.
Una amenaza al periodismo independiente
Con Trump a la cabeza de la nación, los periodistas estadounidenses podrían enfrentarse a amenazas cada vez más fuertes, tanto por críticas políticas como por acosos legales. Durante su primer mandato, Trump utilizó el sistema judicial como un arma contra aquellos medios que no le favorecían, demandando a varias cadenas por difamación.
Pero no solo el sistema judicial está bajo amenaza. La intimidación y los ataques online, especialmente a través de plataformas como X (antes Twitter), podrían incrementarse, con nuevas actualizaciones que podrían facilitar el acoso a periodistas y medios de comunicación.
Un informe reciente de la UNESCO y el International Center for Journalists ha demostrado que los ataques en línea no solo se quedan en el ámbito digital, sino que también se trasladan a daños en el mundo real, siendo las mujeres y las personas de color las más vulnerables.
La batalla contra la desinformación y la libertad de expresión
En cuanto a la desinformación, Trump ha sido un feroz defensor de lo que él considera un derecho a la libre expresión, incluso cuando esa «libre expresión» se traduce en mentiras y teorías conspirativas.
Durante su primer mandato, Trump popularizó el término «noticias falsas» para descalificar a los medios que lo criticaban, y su oposición a los esfuerzos por combatir la desinformación en plataformas de redes sociales se ha intensificado.
En su campaña de 2024, se refirió a los esfuerzos por regular las plataformas como un «cartel de la censura», a pesar de que estos esfuerzos buscan frenar la propagación de noticias falsas y discursos de odio.
Sin embargo, en una declaración de 2022, Trump prometió que, de ser reelegido, prohibiría a las agencias federales y a los empleados del gobierno participar en cualquier iniciativa que él considerara como un ataque a la libertad de expresión legítima.
Esto incluiría los esfuerzos por etiquetar o desmentir información falsa, lo que, en su perspectiva, sería una forma de censura. Esta promesa fue respaldada por Elon Musk, quien ha sido un crítico vocal de las iniciativas para frenar la desinformación en plataformas digitales.
Musk, que tiene una influencia significativa en el nuevo entorno político estadounidense, también ha sido un defensor de reducir el gasto en los medios de servicio público, como la Voz de América, lo que podría tener un impacto devastador en el periodismo independiente.
El financiamiento de los medios públicos: un golpe a la independencia
Durante su primer mandato, Trump intentó recortar drásticamente el presupuesto de los medios de comunicación de servicio público en EE. UU., como la Voz de América (VoA) y PBS, lo que amenazaba con destruir el periodismo local e investigativo en el país.
Aunque el Congreso bloqueó estas medidas, la incógnita sigue siendo si los legisladores republicanos se opondrán a una nueva ofensiva de Trump contra los medios públicos en su segundo mandato.
Elon Musk también ha presionado para reducir el financiamiento a los medios de servicio público. Si esto se materializa, los periodistas independientes se verían aún más expuestos a la censura y a la falta de recursos para hacer su trabajo, en un contexto de creciente polarización y ataques a la libertad de prensa.
Una amenaza global a la libertad de prensa
Este panorama no solo afecta a los periodistas en EE. UU., sino que tiene implicaciones globales. En un contexto internacional, organizaciones de defensa de la libertad de prensa ya han expresado su alarma ante la posibilidad de que Trump intensifique sus ataques contra los medios.
A pesar de esto, una encuesta encargada por el International Center for Journalists mostró que un porcentaje significativo de la población estadounidense no considera las amenazas a los periodistas como un peligro para la libertad de prensa, lo que refleja una peligrosa indiferencia hacia la protección de los derechos fundamentales de los medios.
Conclusión: Un futuro incierto para la prensa libre
Si la retórica y las amenazas que hemos escuchado hasta ahora se materializan en políticas concretas, el segundo mandato de Trump podría representar una de las mayores amenazas a la libertad de prensa en la historia reciente de Estados Unidos.
Con el apoyo de aliados como Elon Musk y una retórica cada vez más agresiva contra los medios críticos, la independencia periodística podría verse seriamente comprometida. La falta de reacción del público estadounidense ante este peligro debería preocuparnos a todos, pues lo que está en juego es mucho más que la reputación de un presidente: está en juego la salud de la democracia misma.
Crédito fotográfico: Getty Images