THE LATIN VOX (31 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Apple, la gigante tecnológica de Cupertino, enfrenta uno de sus momentos más desafiantes en años. A pesar de que se espera que anuncie este jueves un modesto aumento del 4% en sus ingresos trimestrales —llegando a unos 89.300 millones de dólares, según estimaciones de S&P Global—, los inversores están más atentos que nunca a las señales de cómo planea recuperar su liderazgo, frente a una tormenta perfecta de tensiones geopolíticas, retrasos tecnológicos y un mercado bursátil cada vez más impaciente.
El brillo de Apple se empaña
La valoración de Apple, aunque aún supera los 3 billones de dólares, ha sufrido este año una notable caída. Su acción ha perdido aproximadamente un 15% desde enero, convirtiéndose en la segunda de peor desempeño entre las llamadas Magníficas Siete, solo por detrás de Tesla.
Los factores detrás de esta caída son múltiples, y no todos están bajo control de la compañía. En el frente internacional, el creciente enfrentamiento comercial entre Washington y Pekín ha complicado el panorama.
El 90% de los iPhones se ensamblan en China, y los nuevos aranceles impuestos por Donald Trump amenazan con agregar 900 millones de dólares en costos adicionales este trimestre, según advirtió el CEO Tim Cook en la última llamada de resultados.
En un intento por diversificar su cadena de suministro, Apple ha trasladado parte de su producción a países como India y Vietnam. Pero incluso esa estrategia ha encontrado obstáculos: esta semana, Trump anunció un incremento del 25% en los aranceles a las importaciones desde India, comenzando el 1 de agosto. El margen de maniobra se estrecha.
La carrera de la IA: ¿demasiado tarde?
A nivel tecnológico, el gigante de la manzana también enfrenta dudas. Mientras rivales como Google, Microsoft y Meta han avanzado a pasos agigantados en la implementación de soluciones de inteligencia artificial, Apple parece estar jugando a ponerse al día.
Su ambiciosa plataforma Apple Intelligence ha sido criticada por ofrecer mejoras incrementales en lugar de transformaciones reales. Y aunque hace más de un año prometió una renovación profunda de Siri, gran parte de esas actualizaciones aún no han visto la luz.
Craig Federighi, vicepresidente senior de ingeniería de software, admitió recientemente que “este trabajo necesitaba más tiempo para alcanzar nuestros estándares de calidad”.
“Apple ha perdido impulso en innovación de hardware, y eso ha generado apatía entre los consumidores”, comentó Dipanjan Chatterjee, vicepresidente y analista principal de Forrester. “La compañía ha dependido demasiado de su negocio de servicios de alto margen para maquillar el rendimiento más débil de otras divisiones”.
El cierre de una tienda en China: Un símbolo preocupante
Esta semana también marcó un hito inesperado y preocupante: el cierre de una tienda Apple en China, el primero en la historia de la compañía en ese país. Si bien el gesto puede parecer aislado, es un reflejo del enfriamiento en una relación comercial que alguna vez fue clave para el crecimiento de la marca en Asia.
La demanda de productos Apple en China ha comenzado a decaer, tanto por motivos económicos como por una creciente preferencia por marcas nacionales, alentada por una narrativa nacionalista desde Beijing.
¿Qué espera Wall Street?
A pesar del contexto sombrío, los analistas aún proyectan cifras positivas. La expectativa de un aumento del 4% en los ingresos podría indicar una cierta estabilidad, aunque modesta, en comparación con otros gigantes tecnológicos. Pero más allá de los números, lo que realmente buscarán los inversores este jueves son señales de una hoja de ruta clara: ¿cómo planea Apple recuperar su ventaja competitiva?
El desafío de mantenerse en la cima
Apple ha sido durante más de una década símbolo de innovación, diseño y rentabilidad. Pero los retos actuales —internos y externos— han expuesto las vulnerabilidades incluso de la empresa más valiosa del mundo.
Para mantener su lugar en la cima del mundo tecnológico, Apple necesitará mucho más que resultados financieros estables: deberá reimaginar su futuro en inteligencia artificial, reconstruir sus cadenas de producción globales, y quizá lo más difícil, recuperar la confianza del consumidor y de Wall Street.
Crédito fotográfico: Finbold