Arabia Saudita ha anunciado oficialmente su candidatura para organizar la Copa Mundial de Fútbol de 2034, en lo que se considera una fuerte apuesta para convertirse en el primer país árabe en albergar el mayor evento deportivo del mundo. El reino ha enviado una carta a la FIFA, el organismo rector del fútbol mundial, expresando su deseo de ser sede del torneo y presentando sus credenciales y planes para garantizar una experiencia única e inolvidable para los aficionados, los jugadores y los medios de comunicación.
Arabia Saudita cuenta con el respaldo de la Confederación Asiática de Fútbol (AFC), que le ha otorgado el derecho exclusivo de representar al continente asiático en la carrera por la Copa Mundial de 2034. El país tiene una larga tradición futbolística y ha participado en cinco ediciones del torneo, siendo la última en 2018, cuando logró una histórica victoria por 2-1 ante Egipto. Además, Arabia Saudita ha organizado exitosamente varios eventos deportivos internacionales en los últimos años, como el Rally Dakar, el Gran Premio de Fórmula 1, la Supercopa de España y la Copa Mundial de Clubes.
Arabia Saudita se enfrentará a la competencia de otros países que también han expresado su interés en organizar la Copa Mundial de 2034, como Australia, Nueva Zelanda, Colombia y una candidatura conjunta de los países nórdicos (Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia). Sin embargo, Arabia Saudita parte como favorita para ganar la votación de la FIFA, que se realizará en 2026, debido a su poder económico, su influencia política y su ambición deportiva.
El país ha invertido miles de millones de dólares en mejorar su infraestructura y sus instalaciones deportivas, así como en promover el desarrollo del fútbol nacional e internacional. Arabia Saudita también ha impulsado reformas sociales y culturales para abrirse al mundo y mostrar una imagen más moderna y tolerante. Entre las medidas adoptadas se encuentran la eliminación de la prohibición de conducir para las mujeres, la introducción de visados turísticos, la organización de conciertos y festivales y la construcción de megaproyectos como Neom, una ciudad futurista que podría albergar algunos partidos del Mundial.
Arabia Saudita espera que al organizar la Copa Mundial de 2034 pueda consolidar su papel como líder regional y global, así como generar beneficios económicos y sociales para su población. El país también aspira a dejar un legado positivo para el fútbol mundial y para el medio ambiente, ya que planea utilizar energías renovables y tecnologías sostenibles para reducir las emisiones de carbono y el consumo de agua.