En un movimiento significativo para la diplomacia internacional, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, ha llegado a Beijing en medio de crecientes tensiones entre China y los aliados de Estados Unidos en Asia. La visita de Sullivan, la primera de un asesor de seguridad nacional de EE.UU. a China desde 2016, se produce en un momento crítico, ya que China se encuentra en disputas de seguridad con Japón y Filipinas sobre el Mar de China Meridional.
El lunes, Japón desplegó aviones de combate tras la incursión de una aeronave militar china en su espacio aéreo, un incidente que el secretario jefe del gabinete japonés, Yoshimasa Hayashi, calificó como una “grave violación de la soberanía de Japón” y una amenaza a su seguridad. Mientras tanto, el jefe de defensa de Filipinas acusó a China de ser el “mayor perturbador” de la paz en el sudeste asiático, tras una semana de confrontaciones entre los barcos de ambos países cerca de un banco de arena disputado.
Sullivan fue recibido en el aeropuerto de la capital china por el embajador de EE.UU. en China, Nicholas Burns, y el funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Yang Tao. Posteriormente, se reunió con el principal diplomático chino, Wang Yi, en un resort en las afueras del norte de Beijing. Durante sus declaraciones ante los periodistas, Wang describió las relaciones entre China y EE.UU. como “críticas” y que han tenido “altibajos”. Expresó su esperanza de que la comunicación sea «estratégica, sustantiva y muy constructiva».
Antes de la reunión a puerta cerrada, Sullivan mencionó que discutirían áreas de acuerdo y desacuerdo que «necesitan ser gestionadas de manera efectiva y sustantiva». La agenda de Sullivan incluye conversaciones sobre el Mar de China Meridional, donde EE.UU. ha impuesto restricciones tecnológicas a China bajo la administración de Biden, con el objetivo de gestionar la competencia de manera responsable y evitar que se convierta en conflicto.
La relación entre EE.UU. y China ha sido turbulenta en los últimos años, con disputas sobre sus ambiciones económicas y incidentes como el derribo de un supuesto globo de vigilancia chino por parte de EE.UU. el año pasado. La visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, a Taiwán en 2022, también provocó una reprimenda de Beijing, que consideró su viaje como un respaldo a las reivindicaciones de soberanía de la isla.
En abril, el presidente chino Xi Jinping dijo al secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, que las dos superpotencias “deberían ser socios en lugar de rivales” y ayudarse mutuamente a tener éxito en lugar de perjudicarse. Durante su visita, Sullivan reiterará las preocupaciones sobre el apoyo de China a Rusia, en medio de la expansión de la industria de defensa rusa debido a la invasión de Ucrania. Además, discutirá temas relacionados con Corea del Norte y el Medio Oriente, donde China ha criticado el apoyo de EE.UU. a Israel y Washington ha instado a China a controlar a Irán.
La visita de Jake Sullivan a Beijing marca un esfuerzo crucial para gestionar las tensiones entre EE.UU. y China, con la esperanza de encontrar un terreno común y evitar conflictos mayores. La comunidad internacional observa de cerca, ya que las decisiones tomadas en estas reuniones podrían tener un impacto significativo en la estabilidad global.