En un trágico y devastador día de violencia, al menos 492 personas han muerto en Líbano debido a intensos bombardeos aéreos israelíes dirigidos contra Hezbollah. Este es el día más mortífero de conflicto en la región en casi 20 años, según informó el Ministerio de Salud de Líbano.
Los ataques, que comenzaron a las 06:30 hora local, se centraron en destruir la infraestructura que Hezbollah ha construido desde la guerra de 2006. La ofensiva israelí alcanzó 1,300 objetivos de Hezbollah en el sur, este y norte de Líbano, desplazando a miles de familias y causando heridas a 1,645 personas, entre ellas 35 niños y 58 mujeres.
Hezbollah respondió lanzando más de 200 cohetes hacia el norte de Israel, hiriendo a dos personas con metralla. La situación ha generado una alarma internacional, con el Secretario General de la ONU, António Guterres, expresando su preocupación por la escalada del conflicto y advirtiendo que no quiere que Líbano «se convierta en otra Gaza».
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, declaró que su país está trabajando para desescalar la situación y permitir que las personas regresen a sus hogares de manera segura. El Pentágono anunció el envío de un pequeño número de tropas adicionales al Medio Oriente «por precaución».
El conflicto, que ha estado en curso durante casi un año, fue desencadenado por la guerra en Gaza y ha resultado en la muerte de cientos de personas, la mayoría combatientes de Hezbollah, y el desplazamiento de decenas de miles en ambos lados de la frontera. Hezbollah ha declarado que está actuando en apoyo de Hamas y no se detendrá hasta que haya un alto el fuego en Gaza.
La comunidad internacional ha instado a ambas partes a mostrar moderación, ya que el riesgo de una guerra total parece cada vez más inminente. Los medios libaneses informaron que las primeras oleadas de ataques israelíes comenzaron en las regiones de Sidón, Marjayoun, Nabatieh, Bint Jbeil, Tiro, Jezzine y Zahrani en el sur de Líbano, así como en los distritos de Zahle, Baalbek y Hermel en el valle de Bekaa.