
THE LATIN VOX (5 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Las autoridades estadounidenses han registrado un aumento en las incautaciones de fentanilo en la frontera con Canadá, pero los datos muestran que este incremento, aunque llamativo en porcentajes, representa una fracción mínima comparado con lo que llega desde México.
Según cifras recientes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. (CBP), entre octubre de 2024 y mayo de 2025 se interceptaron 26 kilogramos de fentanilo en la frontera norte. Es un aumento considerable frente a los 19.5 kilos del año fiscal anterior, pero aún queda muy lejos de los 3,700 kilogramos incautados en la frontera sur durante el mismo periodo.
El fentanilo, una droga sintética hasta 50 veces más potente que la heroína, sigue siendo la principal causa de muertes por sobredosis en América del Norte.
Sin embargo, un nuevo informe del Manhattan Institute respalda lo que las autoridades canadienses han dicho durante años: el fentanilo que mata a estadounidenses no viene, en su mayoría, de Canadá.
¿Una amenaza creciente desde el norte?
El llamado «zar del fentanilo» canadiense, Kevin Brosseau, expresó su preocupación por el aumento de incautaciones cerca del límite con EE. UU., pero fue enfático: “Un solo gramo capturado cerca de la frontera ya es demasiado”, dijo en una entrevista con CBC News. No obstante, también destacó que el norte no es el verdadero problema.
“Si se ejerce presión en un lado, los criminales buscarán rutas alternativas”, advirtió Brosseau, en alusión a los carteles que podrían intentar usar Canadá como ruta secundaria debido al férreo control de Trump sobre la frontera sur.
A pesar del leve repunte de actividad, Brosseau recordó que el 99 % de las pastillas y el 97 % del fentanilo en polvo incautado en grandes cargamentos entre 2013 y 2024 provino de México, según el informe del Manhattan Institute.
Retórica política vs. realidad
El presidente Donald Trump ha usado el discurso del fentanilo canadiense para justificar aranceles punitivos y reforzar su retórica de “mano dura” contra las drogas. En una reciente visita a Michigan, su secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, mencionó el aumento de las incautaciones en la frontera norte como una “amenaza creciente”, calificando al ex primer ministro canadiense Justin Trudeau de “desastre”.
Pero los expertos como Jonathan Caulkins, profesor de políticas públicas en Carnegie Mellon y coautor del informe, lo ponen en perspectiva:
“Sí, algo de fentanilo cruza desde Canadá, como ocurre entre cualquier país vecino. Pero la gran mayoría viene de México. Esa es la historia real”.
Caulkins explicó que si bien los números en la frontera norte parecen estar aumentando un 1,850 % en un año, eso se debe a que se partía de una base extremadamente baja.
Un problema compartido, no importado
Lejos de caer en actitudes defensivas, Canadá reconoce que el fentanilo también ha dejado un profundo daño en su territorio. Más de 52,000 muertes por toxicidad de opioides se registraron entre 2016 y 2024, y el 74 % de ellas involucraron fentanilo.
En diciembre pasado, la policía de Columbia Británica desmanteló un “superlaboratorio” que fabricaba fentanilo presuntamente para abastecer tanto el mercado canadiense como el estadounidense. La redada incautó 54 kilogramos del potente opioide.
“Canadá no está libre del problema del fentanilo. Pero tampoco es el causante del problema estadounidense”, señaló Caulkins. En su opinión, la cooperación, y no la confrontación, debe ser la vía para enfrentar esta crisis continental.
Más inteligencia, más resultados
Brosseau explicó que en sus cinco meses como zar del fentanilo ha reforzado la colaboración con EE. UU., mejorando el intercambio de inteligencia. Esto ha llevado a operaciones conjuntas más exitosas. En junio, la Policía Provincial de Ontario incautó 43.5 kilogramos de fentanilo, suficientes para 435,000 dosis potencialmente letales.
“Parece que cada semana hay una incautación importante. Eso muestra la intensidad del esfuerzo que estamos haciendo”, comentó Brosseau.
El funcionario canadiense habla a diario con la Oficina Nacional de Políticas de Control de Drogas de EE. UU., y asegura que la administración Trump ha mostrado “reconocimiento y gratitud” por los esfuerzos canadienses.
“Estamos haciendo nuestra parte como buenos vecinos. Y no vamos a bajar la guardia”, concluyó.
Cabe resaltar que aunque las incautaciones en la frontera con Canadá han crecido, siguen siendo marginales frente al volumen que ingresa por México.
Más que un flujo transfronterizo masivo, lo que une a EE. UU. y Canadá es una epidemia compartida que requiere respuestas conjuntas. Porque el fentanilo no respeta fronteras, y solo con cooperación real se podrá contener su letal expansión.
Crédito fotográfico: JOSHUA LOTT | REUTERS