THE LATIN VOX (29 de noviembre del 2024).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
El gobierno australiano ha tomado una decisión histórica al aprobar una ley que prohíbe el acceso a las redes sociales a menores de 16 años. Esta medida, la primera de su tipo en el mundo, ha generado un debate intenso sobre su efectividad, sus implicaciones para los derechos de los jóvenes y las consecuencias para la industria digital.
La ley, que fue aprobada el jueves por el Parlamento australiano, establece sanciones millonarias para las plataformas sociales que permitan a los menores de edad registrarse en sus redes. Con esta decisión, Australia se convierte en un laboratorio global para otras naciones que están considerando adoptar regulaciones similares. No obstante, la rapidez con la que se ha impulsado la legislación, sumada a la falta de un análisis exhaustivo sobre las pruebas disponibles y las voces de los jóvenes, ha generado críticas tanto dentro como fuera del país.
Las voces a favor de la prohibición
Los defensores de la ley argumentan que es una respuesta necesaria ante los crecientes problemas derivados del uso de las redes sociales entre los adolescentes. El contenido dañino al que los jóvenes tienen acceso, especialmente en plataformas populares como Facebook, Instagram y X (anteriormente Twitter), ha sido señalado como un factor importante en la crisis de salud mental de los adolescentes. La ministra de Comunicación de Australia, Michelle Rowland, defendió la medida afirmando que el objetivo es proteger a los jóvenes de un contenido que puede tener efectos devastadores en su bienestar emocional.
David Coleman, el ministro de comunicaciones de la oposición, apoyó la ley argumentando que las generaciones anteriores no habían crecido bajo la misma exposición a contenido dañino. Según Coleman, “debemos mirar de frente este problema y actuar en consecuencia” para evitar que la próxima generación sufra los mismos efectos perjudiciales. La ley también ha recibido el respaldo de partidos políticos que creen que este es un paso necesario para garantizar un futuro más seguro para los jóvenes.
Críticas a la ley: ¿Una solución apresurada?
Sin embargo, la medida ha generado fuertes críticas. Meta, la empresa matriz de Facebook e Instagram, acusó al gobierno australiano de aprobar la legislación sin haber consultado adecuadamente las pruebas disponibles ni las opiniones de los jóvenes, quienes son los principales afectados por la medida. Un portavoz de Meta expresó su preocupación por cómo la ley se aprobó “a toda prisa”, sin un análisis serio sobre las consecuencias que puede tener para los adolescentes y sus derechos en el mundo digital.
El propietario de X, Elon Musk, también criticó la prohibición, sugiriendo que esta podría ser una forma indirecta de controlar el acceso a internet de todos los australianos. Según Musk, la legislación podría sentar un precedente peligroso para la libertad de acceso a la información.
Por su parte, la organización Suicide Prevention Australia expresó su preocupación por cómo la ley podría ignorar los aspectos positivos de las redes sociales, que han ayudado a muchos jóvenes a conectarse, encontrar apoyo emocional y superar desafíos de salud mental. Christopher Stone, director ejecutivo de la organización, afirmó que el gobierno australiano había actuado “con los ojos vendados” y había hecho una reforma apresurada que no consideraba las complejidades de la situación.
Los derechos de los jóvenes y la participación social
Los grupos de derechos humanos también se han manifestado en contra de la ley, advirtiendo que esta podría infringir los derechos de los jóvenes y disminuir su capacidad para participar en la sociedad digital. La Comisión de Derechos Humanos de Australia ha señalado que la prohibición podría excluir a muchos jóvenes de un espacio que, aunque problemático, también les brinda oportunidades para la expresión, el aprendizaje y la participación en la comunidad global.
La senadora de los Verdes, Sarah Hanson-Young, fue una de las voces críticas, acusando al gobierno de imponer una solución de los años 70 a un problema del 2024. “Esto es como si los boomers intentaran imponer su visión de cómo debe funcionar Internet para sentirse mejor consigo mismos”, dijo Hanson-Young antes de la aprobación de la ley.
Un precedente mundial: ¿Qué opinan otros países?
La medida de Australia ha captado la atención internacional, y varios países han mostrado interés en seguir su ejemplo. En el Reino Unido, el secretario de Tecnología, Peter Kyle, aseguró que estaba observando de cerca la implementación de la ley en Australia, aunque subrayó la importancia de basar cualquier acción en pruebas sólidas. En Francia, la ministra de Educación, Anne Genetet, también expresó su deseo de adoptar una legislación similar.
En Suiza, la mayoría de la población parece apoyar una prohibición similar, lo que ha llevado a los medios a preguntarse si esta será una tendencia global. No obstante, muchos de estos países aún están en fases preliminares de evaluación y debate sobre cómo abordar los desafíos del acceso de los menores a las redes sociales.
¿Una medida urgente o una legislación apresurada?
La ley aprobada en Australia ha puesto sobre la mesa un debate fundamental sobre el papel de las redes sociales en la vida de los jóvenes. Si bien la intención del gobierno es proteger a los adolescentes de los peligros inherentes al uso descontrolado de estas plataformas, la rapidez con la que se ha impulsado la legislación, junto con las preocupaciones sobre sus efectos secundarios, plantea preguntas sobre la efectividad de la medida.
La situación en Australia podría ser un precedente crucial para otros países, pero lo que es claro es que, independientemente del resultado, el debate sobre el control de las redes sociales para menores de edad recién comienza.
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