Australia y Reino Unido sellan un tratado de defensa de 50 años en medio de incertidumbre por parte de EE.UU.

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THE LATIN VOX (25 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En un movimiento estratégico de alto impacto geopolítico, Australia y el Reino Unido firmarán un tratado de defensa de 50 años, destinado a consolidar su alianza en el marco del pacto Aukus, incluso mientras Estados Unidos, principal socio del acuerdo, reconsidera su compromiso con el proyecto.

El nuevo tratado será anunciado formalmente este viernes tras las conversaciones anuales de defensa y relaciones exteriores (Aukmin) entre ambos países. Participarán la ministra australiana de Exteriores Penny Wong, el ministro de Defensa Richard Marles, y sus homólogos británicos David Lammy y John Healey. La firma oficial tendrá lugar el sábado.

Un tratado sin Washington

Aunque el tratado se inscribe en el marco de Aukus —la histórica alianza de defensa trilateral entre Australia, Reino Unido y EE. UU.—, Estados Unidos no será parte de este nuevo documento bilateral.

Esto ocurre en medio de una revisión del acuerdo por parte del Pentágono, ordenada por el expresidente Donald Trump, que ha retomado influencia dentro del Partido Republicano y su agenda de “América Primero”.

El funcionario a cargo del análisis, Elbridge Colby, ha expresado su escepticismo sobre la venta de submarinos nucleares estadounidenses a Australia, argumentando que podría debilitar la capacidad submarina de la marina norteamericana.

Actualmente, EE. UU. tiene una flota de submarinos 25% por debajo de su objetivo y produce embarcaciones a la mitad del ritmo necesario para cubrir sus propias necesidades, según cifras oficiales.

Una alianza que va más allá de los submarinos

Aunque los detalles del nuevo tratado bilateral aún no se han revelado, se espera que cubra cooperación en la construcción naval, transferencia tecnológica, defensa cibernética y entrenamiento militar conjunto.

El foco inmediato será el desarrollo de los submarinos nucleares de la clase Aukus, cuyo diseño comenzará en el Reino Unido, y cuya fabricación será compartida entre astilleros británicos y australianos.

El ministro británico John Healey subrayó la importancia del tratado para el empleo y la seguridad a largo plazo:
«Es un tratado para construir los submarinos de ataque más poderosos y avanzados que nuestras armadas hayan tenido jamás. Es una inversión en el futuro de la seguridad de nuestros hijos y nietos.»

Por su parte, David Lammy afirmó que la relación con Australia es «como ninguna otra» y que, en un mundo cada vez más volátil, este pacto actúa como un ancla para la estabilidad global.

Una jugada frente al ascenso chino

El nuevo tratado refuerza la presencia militar del Reino Unido en el Indo-Pacífico, una región cada vez más estratégica en medio de las tensiones crecientes con China por Taiwán y otras disputas territoriales.

Esta misma semana, el grupo de ataque del portaaviones HMS Prince of Wales llegó a Darwin como parte de los ejercicios militares multinacionales Talisman Sabre, marcando la primera visita de un portaaviones británico a Australia desde 1997.

El grupo, compuesto por cinco barcos, 24 cazas y 17 helicópteros, es una señal inequívoca del compromiso del Reino Unido con la región y su alianza con Canberra.

La alta comisionada británica en Australia, Sarah MacIntosh, lo resumió así: «Esta es una relación ancla en un mundo en disputa.»

¿Y si EE. UU. se repliega?

Bajo el acuerdo Aukus original, Australia tiene previsto comprar al menos tres submarinos de la clase Virginia a EE. UU. a partir de la década de 2030, mientras invierte unos 4.600 millones de dólares tanto en la industria naval británica como en la estadounidense para impulsar el proyecto.

Sin embargo, el compromiso estadounidense ha entrado en pausa técnica debido a la revisión en curso del Pentágono, lo que abre interrogantes sobre el futuro del trío Aukus.

Analistas apuntan que Washington podría seguir en el acuerdo, pero con condiciones adicionales, como compromisos explícitos de Australia en un eventual conflicto con China o mayores aportes financieros.

Desde Sídney, el ministro Marles trató de restar dramatismo: «Un nuevo gobierno haciendo una revisión es lo más natural del mundo. Damos la bienvenida a esta evaluación por parte de la administración Trump.»

¿Una alianza duradera o un cambio de equilibrio?

Mientras EE. UU. redefine su estrategia global, Australia y el Reino Unido parecen estar asegurando su cooperación a largo plazo, en un contexto donde las alianzas duraderas se vuelven más valiosas que nunca.

Este tratado no solo fortalece la capacidad defensiva de ambos países, sino que envía un mensaje claro: en un mundo multipolar e incierto, hay socios dispuestos a comprometerse por 50 años… aunque Washington dude.

Crédito fotográfico: The Australian


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