THE LATIN VOX (5 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La política austriaca vive un momento de incertidumbre tras el colapso de las conversaciones entre los dos principales partidos centristas del país, lo que ha llevado a la dimisión del canciller Karl Nehammer. Tras semanas de intentos infructuosos para formar una coalición sin el apoyo del Partido de la Libertad de Austria (FPO), la situación se ha vuelto aún más tensa con la retirada de los liberales de Neos, que acusaron a los partidos principales de falta de liderazgo y acción decisiva.
En un video difundido este sábado, Nehammer anunció que renunciaría en los próximos días como canciller y líder del Partido Popular de Austria (OVP), abriendo la puerta a una transición ordenada. La decisión llega justo después de que las negociaciones entre el OVP y el Partido Socialdemócrata (SPO) se desmoronaran, dejando en el aire el futuro inmediato del gobierno austriaco.
La caída de la Coalición Centrista
Desde las elecciones parlamentarias de septiembre, Austria ha vivido un escenario político complicado. El FPO, un partido de extrema derecha con tendencias euroscépticas y de apoyo a Rusia, fue el más votado con el 29% de los sufragios, pero no ha logrado la mayoría absoluta, lo que le obliga a buscar un socio para formar gobierno.
Sin embargo, Nehammer descartó cualquier posibilidad de una coalición con Herbert Kickl, líder del FPO, quien ha sido una figura polarizadora en la política austriaca.
A pesar de los esfuerzos por evitar al FPO, las conversaciones entre el OVP y el SPO no llegaron a buen puerto. La retirada de los Neos, un partido liberal que había estado participando en las negociaciones, sumió el proceso en un caos adicional.
El partido acusó a los dos principales actores políticos de no haber tomado las decisiones audaces y necesarias para enfrentar la situación del país. Como resultado, los Neos abandonaron las conversaciones, un giro que precipitó la crisis política.
¿Qué sigue después?
Con Nehammer anunciando su dimisión, las opciones para resolver la crisis son limitadas. En primer lugar, el presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, deberá decidir si encarga a Kickl la formación de un nuevo gobierno o si opta por convocar elecciones anticipadas para tratar de romper el impasse político.
El FPO ha visto un crecimiento significativo en las encuestas desde las últimas elecciones, con una ventaja de más de 10 puntos sobre el OVP y el SPO, lo que refuerza las opciones de Kickl para asumir el cargo de canciller, si es que se le otorga el mandato para formar gobierno. Sin embargo, la idea de un gobierno de extrema derecha ha generado fuertes reacciones en sectores de la sociedad y la política austriaca.
Reacciones del SPO y la menaza de una «democracia en peligro»
Andreas Babler, líder del SPO, ha sido contundente en sus declaraciones tras el colapso de las negociaciones. En una conferencia de prensa, Babler alertó sobre los peligros que podría acarrear un gobierno encabezado por el FPO y apoyado por el OVP.
«Sabemos lo que amenaza con ocurrir ahora. Un gobierno FPO-OVP con un canciller de extrema derecha que pondría en peligro nuestra democracia en muchos aspectos», expresó Babler, señalando las implicaciones que tendría la llegada al poder de un partido con ideologías extremas.
La posibilidad de un gobierno de este tipo ha suscitado un debate intenso sobre el futuro político de Austria, especialmente sobre los valores democráticos del país. La extrema derecha, con su postura crítica hacia la Unión Europea, su política migratoria restrictiva y su afinidad hacia el régimen de Vladimir Putin, ha sido objeto de críticas tanto a nivel nacional como internacional.
Los temores de que un gobierno dominado por el FPO pueda minar las instituciones democráticas y los derechos civiles se han convertido en una preocupación central en este proceso político incierto.
Un país dividido y un futuro incierto
A medida que la situación política en Austria se intensifica, la pregunta sobre el futuro del gobierno sigue sin respuesta clara. Con la caída de las conversaciones centristas y el ascenso del FPO en las encuestas, el escenario parece dirigirse hacia una posible coalición de derecha o unas nuevas elecciones, que podrían redefinir la política del país.
El futuro de Austria, por lo tanto, parece depender de las decisiones que se tomen en los próximos días. La incertidumbre sigue siendo el factor dominante, y muchos austriacos se preguntan si su país está a punto de entrar en una nueva fase de polarización política o si, por el contrario, será posible superar la crisis mediante una transición ordenada hacia un nuevo liderazgo.
Sin duda, lo que ocurra en las próximas semanas tendrá un impacto significativo no solo en la política interna del país, sino también en su posición dentro de la Unión Europea y en el ámbito internacional.
Crédito fotográfico: Maxim Shemetov/Reuters