
El Banco de Canadá decidió reducir su tasa de interés en 25 puntos base, dejándola en un 3% este miércoles, en medio de una creciente incertidumbre económica causada por la amenaza de aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones canadienses.
Esta decisión refleja las preocupaciones del gobernador del banco central, Tiff Macklem, quien advirtió que la política monetaria por sí sola no puede contrarrestar los efectos económicos derivados de un conflicto comercial prolongado.
El gobernador Macklem fue claro al señalar que, aunque la política monetaria puede proporcionar estabilidad económica, no tiene el poder de neutralizar los impactos de una guerra comercial a largo plazo.
En su comparecencia ante los medios, Macklem expresó: «La política monetaria no puede contrarrestar las consecuencias económicas de un conflicto comercial prolongado. La realidad es que la economía trabajará con menos eficiencia. Canadá producirá menos y ganará menos. La política monetaria no puede cambiar eso».
Este mensaje refleja la complejidad de la situación, ya que, aunque la inflación en Canadá se ha estabilizado alrededor del 2%, lo que brinda una mejor posición para manejar la incertidumbre económica, el país se enfrenta a una doble amenaza: un menor crecimiento económico y un aumento de la inflación debido a los costos más altos de las importaciones afectadas por los aranceles.
La amenaza de los aranceles, que podría entrar en vigor el 1 de febrero, constituye un riesgo importante para la economía canadiense. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado con imponer un arancel del 25% a todas las importaciones canadienses, lo que afectaría gravemente a diversos sectores de la economía, desde la manufactura hasta la agricultura.
Este tipo de medidas podría resultar en una mayor inflación en Canadá, dado que los productos importados de EE. UU. se encarecerían.
La incertidumbre sigue siendo una de las características más destacadas de la situación. Aunque aún no se sabe con certeza la duración o el alcance de los aranceles, ni qué medidas de represalia podría tomar Canadá, el Banco de Canadá se ve obligado a monitorear de cerca la situación para ajustar su política económica de la manera más adecuada.
Esta reducción de la tasa de interés es la sexta consecutiva desde junio, aunque con una disminución más moderada que las dos anteriores, cuando se aplicaron recortes de medio punto porcentual en octubre y diciembre. A pesar de la decisión de reducir la tasa, Macklem reconoció que no hay una respuesta sencilla a la situación, ya que los aranceles son una herramienta económica inédita en su magnitud.
Expertos como Doug Porter, economista jefe de BMO, sugieren que el recorte de tasas puede ser visto como una medida preventiva en espera de una posible «tormenta comercial». Según Porter, el Banco de Canadá estará muy atento a cómo se desarrollan los acontecimientos relacionados con los aranceles antes de tomar nuevas decisiones políticas.
Las siguientes medidas dependerán de cómo se desenvuelva la guerra comercial, por lo que el banco podría necesitar ajustar aún más las tasas, dependiendo de los efectos económicos inmediatos.
El economista de la Federación Canadiense de Negocios Independientes, Simon Gaudreault, destacó que el Banco de Canadá está actuando con mucha cautela, dada la alta incertidumbre que se vive en el país. «Este enfoque refleja la gran incertidumbre que están observando», señaló Gaudreault, lo que subraya lo complicado que resulta para los responsables de la política económica prever los efectos de una guerra comercial.
Por su parte, Tu Nguyen, economista de RSM Canadá, advirtió que si se imponen los aranceles y Canadá responde con sus propias medidas, el Banco de Canadá enfrentará un reto significativo. Las tarifas podrían aumentar los precios, lo que llevaría a un posible aumento en las tasas de interés, pero la demanda agregada también podría debilitarse, lo que haría necesaria una posible disminución de las tasas. Este escenario refleja la complejidad de las decisiones monetarias en un contexto de conflicto comercial.
A medida que se acercan los días de la posible implementación de los aranceles, el Banco de Canadá se enfrenta a un panorama económico incierto. Las autoridades canadienses deberán evaluar las consecuencias económicas de los aranceles de forma continua y ajustar sus políticas para mantener la estabilidad.
Sin embargo, como ha señalado Macklem, «no hay forma de evitar las consecuencias económicas de una guerra comercial», y el país deberá adaptarse a una realidad en la que la eficiencia económica podría verse comprometida.
El futuro inmediato de la economía canadiense depende en gran medida de cómo se resuelva el conflicto comercial con Estados Unidos y de cómo se manejen las posibles medidas de represalia. La política monetaria por sí sola no será suficiente para abordar los impactos económicos a largo plazo de una guerra comercial, y el país necesitará tomar decisiones estratégicas para proteger su estabilidad económica.
En este escenario, la pregunta que queda es hasta qué punto Canadá podrá seguir siendo competitivo en un contexto de aranceles crecientes y qué tan profundo será el impacto en su crecimiento económico. Sin duda, el país deberá encontrar formas de mitigar estos efectos a través de medidas adicionales y de una cooperación más estrecha con sus aliados internacionales.