En Canadá, se ha desatado un clima de intolerancia y conservadurismo similar al que se vive en Estados Unidos. El ministro de Cultura de la provincia de Quebec, Mathieu Lacombe, ha denunciado un acto de censura y quema de libros por parte de una aspirante a legisladora republicana estadounidense. El video publicado el 7 de febrero muestra a la candidata Valentina Gómez apuntando con un lanzallamas a libros de la biblioteca, que según ella, se utilizan para adoctrinar a los niños. Entre los libros quemados se encuentra “Naked: Not Your Average Sex Encyclopedia”, la traducción al inglés del libro “Tout nu, Al desnudo” de la autora quebequense Myriam Daguzan Bernier y la ilustradora Cécile Gariépy.
El libro “Tout nu, Al desnudo” es una guía inclusiva sobre sexualidad dirigida a adolescentes. El 8 de febrero, el ministro Lacombe declaró que la quema de libros no tiene cabida en 2024 y afirmó que prohibir libros es algo que suena a “viejo sacerdote de los años 1.900”. La legislatura de la provincia también aprobó por unanimidad una moción denunciando la censura y reiterando el apoyo a la libertad de opinión, expresión y circulación de ideas. La moción menciona tanto a la autora Myriam Daguzan Bernier como a la ilustradora Cécile Gariépy.
Además, la escritora e ilustradora infantil quebequense Élise Gravel también se ha visto afectada por la censura. Sus libros fueron retirados de los estantes de una biblioteca judía en Montreal debido a sus opiniones sobre el conflicto palestino-israelí. Gravel ha expresado críticas al gobierno israelí por bombardear a niños y oprimir a los palestinos en las redes sociales. A pesar de esto, ella ha afirmado que criticar al Estado de Israel no es antisemita y que el gobierno israelí no representa las opiniones de todos los judíos en el planeta.
En resumen, la censura de libros y la defensa de la libertad de expresión han sido temas candentes en Canadá, especialmente en relación con autoras quebequenses y sus obras.