
THE LATIN VOX (21 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
La turbulencia política que rodea al expresidente brasileño Jair Bolsonaro alcanzó un nuevo punto crítico tras la revelación de documentos policiales que lo acusan de haber preparado una carta de solicitud de asilo político a la Argentina, con la intención de escapar de un eventual arresto por su presunta participación en un plan de golpe de Estado.
Según un informe de 170 páginas entregado al Supremo Tribunal Federal (STF), los investigadores federales hallaron en febrero de 2024, en el teléfono móvil del exmandatario, un borrador dirigido al presidente argentino Javier Milei.
En el texto, Bolsonaro se describía a sí mismo como “un perseguido político” y alegaba que enfrentaba una “detención inminente, injusta, ilegal y arbitraria”. La supuesta carta fue redactada apenas dos días después de que las autoridades brasileñas le confiscaran el pasaporte en el marco de las investigaciones.
La revelación añade presión sobre un juicio decisivo que comenzará el próximo 2 de septiembre, cuando el STF evalúe si Bolsonaro es culpable de conspirar para revertir el resultado de las elecciones de 2022, que perdió frente a Luiz Inácio Lula da Silva. De ser condenado, podría enfrentar penas superiores a 40 años de prisión.
Tensiones regionales y apoyo desde Washington
Aunque el gobierno de Milei aseguró no haber recibido ninguna solicitud formal de asilo, la relación cercana entre ambos líderes de ultraderecha genera inquietud sobre una posible crisis diplomática en caso de que Bolsonaro intentara refugiarse en Buenos Aires.
Paralelamente, la trama judicial brasileña se entrelaza con la política estadounidense. Investigadores sostienen que Eduardo Bolsonaro, hijo del expresidente y diputado, habría buscado la intervención de aliados en Washington, incluido Donald Trump, para presionar al STF y al gobierno de Lula.
De hecho, en julio Trump impuso aranceles del 50% a las exportaciones brasileñas y sancionó a magistrados de la corte, lo que fue rechazado por la mayoría de la población brasileña: encuestas recientes señalan que más del 70% se opone a la injerencia estadounidense.
Escándalos internos y fracturas en el bolsonarismo
El caso también ha dejado al descubierto tensiones dentro del propio círculo de Bolsonaro. Conversaciones de WhatsApp incautadas por la policía muestran insultos entre el exmandatario y su hijo Eduardo, así como fuertes críticas del influyente pastor evangélico Silas Malafaia, otro investigado en el proceso.
Malafaia, que regresó esta semana de Portugal, fue interrogado por las autoridades y ahora tiene prohibido salir del país, mantener contacto con los Bolsonaro y debe entregar sus pasaportes. En uno de los mensajes filtrados, el líder religioso calificó a Eduardo de “idiota inexperto” por celebrar públicamente las medidas comerciales de Trump contra Brasil.
Futuro incierto
Pese a estar bajo arresto domiciliario y haber sido inhabilitado políticamente por difundir desinformación, Jair Bolsonaro insiste en que quiere disputar las elecciones presidenciales del próximo año. Sin embargo, expertos legales y analistas consideran que las pruebas en su contra hacen casi inevitable una condena severa.
El desenlace del juicio —previsto entre el 2 y el 12 de septiembre— no solo definirá el destino político y judicial de Bolsonaro, sino que también pondrá a prueba la solidez institucional de Brasil frente a la presión de actores internos y externos.
Crédito fotográfico: NBC News