Brasil suspende la moratoria de la soja y abre la puerta a una ola de deforestación en la Amazonía

To shared

THE LATIN VOX (22 de agosto del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

Una de las principales herramientas para proteger la selva amazónica, la llamada moratoria de la soja, ha sido suspendida por las autoridades brasileñas, lo que podría exponer a la destrucción un área de selva del tamaño de Portugal.

La decisión, adoptada por el Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade), desata alarma mundial a menos de tres meses de que Brasil acoja la cumbre climática Cop30 en Belém.

Desde su creación en 2006, la moratoria fue considerada un hito de cooperación internacional: agricultores, ambientalistas y gigantes del sector alimentario como Cargill y McDonald’s acordaron no adquirir soja cultivada en tierras deforestadas de la Amazonía después de 2008.

Gracias a ello, se evitó la tala de unas 17.000 km² de selva y se demostró que era posible expandir la producción agrícola sin devastar el ecosistema más importante del planeta.

El poder del agronegocio

La suspensión responde a presiones del poderoso lobby sojero, especialmente en Mato Grosso, epicentro de la producción brasileña. Cade argumenta que el pacto implicaba el intercambio de información sensible entre empresas y amenazó con sanciones económicas a quienes lo mantuvieran.

El gremio Aprosoja celebró lo que llamó una decisión “histórica” contra un acuerdo “privado” que —según ellos— imponía barreras comerciales injustas.

Sin embargo, organizaciones ambientales advierten que esta marcha atrás podría ser devastadora. “Sin la moratoria de la soja, uno de los acuerdos de conservación más eficaces del mundo, la deforestación volverá a dispararse y Brasil perderá cualquier posibilidad de cumplir sus metas climáticas”, advirtió Cristiane Mazzetti, de Greenpeace Brasil.

Un golpe político para Lula

El momento no podría ser más delicado para el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que en noviembre espera convertir la Cop30 en una vitrina de liderazgo ambiental. En cambio, la suspensión de la moratoria se suma a retrocesos recientes, como la aprobación en el Congreso de leyes que debilitan la demarcación de tierras indígenas y los procesos de licenciamiento ambiental.

El riesgo es mayúsculo: expertos estiman que hasta 10 millones de hectáreas de selva —equivalentes al territorio de Portugal— podrían ser legalmente habilitadas para soja, multiplicando por cinco el valor de esas tierras y acelerando la presión sobre la Amazonía.

Reacción internacional

La noticia ha generado indignación más allá de Brasil. “Romper este acuerdo en vísperas de la Cop30 envía la peor señal posible al mundo”, declaró Tanya Steele, directora ejecutiva de WWF-Reino Unido. “Es un paso peligroso que amenaza con tirar a la basura casi dos décadas de esfuerzos y que tendrá consecuencias globales”.

Supermercados, consumidores y comerciantes internacionales enfrentan ahora un dilema: mantener los principios de la moratoria de forma voluntaria para proteger su reputación o plegarse a las presiones del agronegocio brasileño.

Según una encuesta de WWF, el 70 % de los británicos apoya que su gobierno elimine de las cadenas de suministro cualquier vínculo con la deforestación ilegal. “El mercado no puede permitir que las ganancias de unos pocos impulsen el colapso de ecosistemas vitales”, insistió Bel Lyon, de WWF-UK.

Amazonía en la encrucijada

La suspensión de la moratoria de la soja coloca a la Amazonía en un punto crítico: lo que hasta ahora se consideraba un modelo global de cooperación entre productores, empresas y sociedad civil podría convertirse en un símbolo de retroceso.

Y mientras los incendios y las olas de calor se multiplican en todo el planeta, la mayor selva tropical del mundo vuelve a quedar en el centro de una batalla entre intereses económicos inmediatos y la supervivencia climática a largo plazo.

Crédito fotográfico: Mongabay


To shared