Caída de los futuros de bonos franceses tras la sorpresiva rebaja de calificación de S&P por el creciente riesgo presupuestario

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THE LATIN VOX (20 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina. 

Los mercados financieros europeos amanecieron sacudidos este lunes tras el inesperado anuncio de Standard & Poor’s (S&P) de rebajar la calificación crediticia de Francia, una decisión que provocó una caída inmediata en los futuros de bonos del país y encendió nuevas alarmas sobre la sostenibilidad fiscal de la segunda mayor economía de la eurozona.

Según los analistas financieros, la decisión de S&P que redujo la calificación de Francia de AA a AA-, con perspectiva negativa refleja una creciente preocupación por el aumento del déficit público, el endeudamiento estructural y la falta de medidas fiscales contundentes por parte del gobierno del presidente Emmanuel Macron. La agencia argumentó que el gasto público francés continúa disparado tras la pandemia y la crisis energética, mientras los ingresos fiscales no crecen al mismo ritmo, lo que deja un margen limitado para maniobrar en caso de nuevos choques económicos.

Mercados en tensión tras el anuncio

La reacción de los mercados fue inmediata. Los futuros de bonos franceses a 10 años cayeron con fuerza en las primeras horas de negociación, mientras el rendimiento de la deuda soberana subía a niveles no vistos desde 2012, rozando el 3,6%, lo que indica un aumento de los costos de financiamiento para el Estado.

Los inversores internacionales también se mostraron cautelosos ante el temor de que la rebaja de S&P afecte la confianza en la estabilidad de la eurozona, especialmente en un contexto de creciente tensión política interna en Francia, marcada por huelgas, protestas y un clima social cada vez más hostil hacia las reformas económicas impulsadas por el gobierno.

El gobierno francés responde con preocupación y cautela

El ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, calificó la decisión de la agencia como “injustificada” y aseguró que Francia mantiene “una economía sólida, con perspectivas de crecimiento a mediano plazo”. Le Maire subrayó que el gobierno seguirá comprometido con su plan de reducción del déficit al 3% del PIB para 2027, en línea con las normas de la Unión Europea.

Sin embargo, varios economistas advierten que ese objetivo podría ser difícil de alcanzar sin recortes significativos en el gasto público o aumentos de impuestos. Francia ha enfrentado un gasto considerable en subsidios energéticos, pensiones y programas sociales, medidas destinadas a contener la inflación y las tensiones sociales, pero que han presionado el presupuesto nacional.

Impacto político y social

La rebaja crediticia llega en un momento políticamente delicado para Macron, cuyo gobierno ha enfrentado críticas tanto desde la derecha como desde la izquierda por su gestión económica. Los partidos de oposición han aprovechado la decisión de S&P para acusar al Ejecutivo de “irresponsabilidad fiscal” y de “fallar en su promesa de modernizar las finanzas públicas”.

Mientras tanto, los sindicatos han advertido que cualquier intento de reducir el gasto público o de aplicar nuevas reformas estructurales como una posible revisión del sistema de seguridad social o de los subsidios energéticos podría desencadenar nuevas olas de protestas, similares a las vividas durante la reforma de las pensiones en 2023.

Una señal para Europa

La rebaja de Francia también plantea implicaciones más amplias para la Unión Europea, especialmente en un momento en que Bruselas busca reforzar la disciplina presupuestaria entre los países miembros. Algunos analistas advierten que esta decisión podría presionar a otros gobiernos altamente endeudados, como Italia o Bélgica, a acelerar sus propios planes de ajuste.

El economista jefe de la firma Capital Economics, Andrew Kenningham, señaló que “Francia ha sido históricamente uno de los pilares de la estabilidad económica europea, y una pérdida de confianza en su deuda puede tener efectos dominó en toda la eurozona”.

La rebaja de calificación de S&P marca un nuevo punto de inflexión para la economía francesa, que ahora enfrenta el doble desafío de mantener la confianza de los mercados financieros y responder al creciente descontento social interno. Aunque el gobierno insiste en que las bases económicas del país siguen siendo sólidas, la reacción de los mercados sugiere que los inversores esperan acciones concretas y sostenibles para contener el déficit y estabilizar la deuda.

Con los futuros de bonos aún en terreno negativo y la presión política en aumento, Francia entra en una fase de incertidumbre económica en la que cada decisión fiscal podría tener un impacto significativo no solo en su economía nacional, sino también en la estabilidad de toda la eurozona.

Fuente: /finance.yahoo.com

Foto: Google fotos


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