CAJ: Periodista de «The Globe and Mail» es blanco de una campaña de intimidación por su trabajo investigativo

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THE LATIN VOX (24 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En un preocupante ataque a la libertad de prensa, la periodista canadiense Carrie Tait, del reconocido diario The Globe and Mail, ha sido objeto de una inquietante campaña de acoso e intimidación en línea.

Fotografías tomadas sin su consentimiento, vigilancia de sus movimientos personales y amenazas veladas de revelar sus fuentes confidenciales forman parte del patrón alarmante que ha encendido las alarmas dentro y fuera de Canadá.

Según la Asociación Canadiense de Periodistas (CAJ, por sus siglas en inglés), este tipo de tácticas representan una amenaza directa al ejercicio libre del periodismo y a los principios democráticos consagrados en la Carta Canadiense de Derechos y Libertades.

“Estas tácticas de intimidación no tienen cabida en una sociedad democrática,” declaró Brent Jolly, presidente de la CAJ. “Son ataques a los cimientos mismos de la libertad de prensa. Carrie Tait debería ser reconocida por su trabajo, no vigilada ni difamada.”

Un periodismo incómodo para el poder

El blanco de este acoso no es casual. Tait ha liderado una serie de investigaciones sobre supuesta interferencia política en Alberta Health Services, el sistema de salud de la provincia de Alberta.

Su trabajo ha arrojado luz sobre presuntas presiones ejercidas por funcionarios del gobierno para influir en decisiones de compras públicas, hechos que actualmente están bajo investigación de la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) y del Auditor General provincial.

En lugar de condenar de forma contundente los ataques, la reacción de la primera ministra de Alberta, Danielle Smith, ha sido tibia. Tras evitar comentarios iniciales, Smith finalmente declaró: “Nadie debería estar acosando a nadie, y no comento sobre cuentas falsas en redes sociales.”

Sin embargo, desde sectores periodísticos y sociales se considera que esta respuesta es insuficiente.

“No basta con decir que uno no está involucrado. El liderazgo implica actuar con claridad,” señala Jolly. “La primera ministra debe condenar explícitamente estos actos y pedir a sus simpatizantes que cesen esta campaña de hostigamiento.”

El acoso no es parte del oficio

El acoso a periodistas, ya sea digital o presencial, representa una amenaza no solo a la persona afectada, sino también al derecho del público a estar informado. La labor periodística —en especial la de carácter investigativo— implica hacer preguntas incómodas y fiscalizar al poder. Pero eso no debe significar poner en riesgo la integridad física o emocional de los reporteros.

“Los periodistas no pierden su derecho a la seguridad ni a la dignidad al presionar el botón de ‘publicar’”, reza el comunicado de la CAJ. “La vigilancia, las amenazas y el acoso no forman parte de la descripción del trabajo.”

Un llamado a la solidaridad y a la acción

La Asociación Canadiense de Periodistas (CAJ) ha reiterado su total respaldo a Carrie Tait y a todos los profesionales del país que se enfrentan a este tipo de intimidaciones.

La organización, la más grande del gremio periodístico canadiense, hace un llamado a todos los periodistas que se sientan en peligro a contactar directamente a su presidente y utilizar los recursos disponibles sobre seguridad digital, defensa legal y manejo del acoso en línea.

Mientras tanto, el caso de Tait ha puesto en evidencia una tensión creciente entre el ejercicio libre del periodismo y los intentos de silenciarlo mediante la intimidación, un fenómeno que no es exclusivo de países con regímenes autoritarios, sino que también aparece —con matices sofisticados— en democracias consolidadas como la canadiense.

En tiempos donde la verdad es más necesaria que nunca, defender la libertad de prensa no es solo tarea de periodistas: es una responsabilidad colectiva. Porque sin prensa libre, no hay democracia que se sostenga.

Crédito fotográfico: The Globe and Mail


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