En la actualidad, Calgary se ha convertido en el epicentro del mercado inmobiliario canadiense. Los precios de las viviendas y los alquileres están en constante aumento, lo que genera preocupación tanto para los ciudadanos como para las empresas.
La crisis de vivienda afecta a los albertanos que buscan un lugar para vivir. Los alquileres se disparan, las hipotecas aumentan y los precios de las casas se elevan. Para las empresas, esta situación también es motivo de inquietud, ya que se vuelve cada vez más difícil atraer o retener empleados si no pueden encontrar un lugar asequible para establecerse.
El presidente del Consejo Empresarial de Alberta, Adam Legge, advierte sobre la gravedad de la situación, especialmente en el segmento de viviendas asequibles. Asegura que es crucial garantizar la calidad de vida y que Calgary sea un lugar donde todos puedan vivir con dignidad. Si no se abordan estos desafíos, la atracción de talento y personas se verá amenazada.
El Banco Real de Canadá (RBC) ha declarado que Calgary es el “punto caliente” actual del país en términos de mercado inmobiliario. La ciudad experimenta un crecimiento poblacional masivo que supera a otros mercados canadienses. Además, su economía relativamente sólida atrae a nuevos residentes tanto a Calgary como a otras comunidades en Alberta.
Los datos muestran que la población de Alberta aumentó un 4,4% el año pasado, con más de 200,000 nuevos residentes, la tasa de crecimiento más alta desde la época del primer ministro Pierre Trudeau. En Calgary, las ventas de viviendas aumentaron un 10% en comparación con el año anterior. El precio de referencia de una casa en Calgary ha subido un 11% en el último año, alcanzando casi los $600,000.
En resumen, Calgary enfrenta una encrucijada entre el auge poblacional y la crisis de vivienda. Las empresas deben colaborar en la búsqueda de soluciones para garantizar que la ciudad siga siendo un lugar atractivo para vivir y trabajar.