El gobierno federal de Canadá propuso en diciembre pasado que para 2030 el 60% de todos los nuevos autos, SUVs y camiones vendidos en el país sean vehículos de emisión cero (ZEVs). Actualmente, solo el 8,9% de los vehículos registrados en Canadá son ZEVs, por lo que esta meta es ambiciosa. Para alcanzarla, el gobierno necesitará la ayuda de una vasta red de investigadores, ingenieros y técnicos, incluyendo estudiantes universitarios, que están investigando todos los aspectos de los ZEVs. Por ejemplo, la Universidad de British Columbia y la Universidad de Victoria están produciendo nuevas baterías a partir de subproductos de la fundición en lugar de depender de metales vírgenes. Dos investigadores de la Universidad de Dalhousie se han unido a Tesla para mejorar la duración y el rendimiento de sus baterías, mientras que en la Universidad Carleton y la Universidad Ontario Tech, los estudiantes diseñaron y construyeron el primer automóvil eléctrico completamente hecho en Canadá.
Para alcanzar la meta de emisión cero, no solo se trata de convencer a los canadienses de comprar ZEVs, sino también de asegurar que las ciudades estén preparadas para ellos. Un equipo de la Universidad de Alberta está investigando el «carga amigable con la red», también conocido como control de congestión, ya que si todos conectan sus vehículos eléctricos al mismo tiempo, la capacidad de los transformadores y las líneas de energía podría verse sobrecargada. Además, están explorando la carga multidireccional, que permitiría que el ZEV no solo reciba energía de la carga, sino que también pueda suministrar energía a la casa o a los electrodomésticos durante contingencias.
Los expertos están de acuerdo en que tanto las instituciones educativas como la industria privada tienen un papel importante que desempeñar en el desarrollo de tecnologías de ZEVs. La investigación a nivel universitario es especialmente adecuada para proyectos de mediano y largo plazo, que pueden no ser inmediatamente relevantes para la industria. Sin embargo, las instituciones educativas tienen el tiempo y un suministro regular de talentos para abordar estos proyectos, que son demasiado costosos y arriesgados para muchas compañías de automóviles.