
THE LATIN VOX (13 de noviembre de 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
En un giro decisivo hacia la autosuficiencia económica y la diversificación energética, el primer ministro Mark Carney anunció este jueves la recomendación de siete nuevos megaproyectos para su aprobación acelerada por la Oficina de Grandes Proyectos (MPO), creada este verano para destrabar inversiones estratégicas.
Con estos nuevos expedientes —que se suman a los cinco presentados en septiembre— Ottawa asegura que está lista para “dar un salto histórico” en sectores clave como minería, gas natural licuado (GNL) y energía hidroeléctrica.
En conjunto, las iniciativas representan 116000 millones de dólares en inversión proyectada y buscan fortalecer a Canadá frente a las crecientes tensiones comerciales con Estados Unidos, incluido el impacto de los recientes aranceles.
“Muchas de nuestras fortalezas se han convertido en vulnerabilidades. El mundo está cambiando rápidamente y Canadá debe cambiar dramáticamente su estrategia económica”, declaró Carney al presentar el paquete.
Los siete proyectos recomendados
Los casos remitidos para fast-track abarcan desde nuevas explotaciones mineras hasta infraestructura eléctrica de gran escala:
- Mina Sisson (Nuevo Brunswick) – tungsteno para acero de alta resistencia y aplicaciones industriales.
- Proyecto Crawford Nickel (Ontario) – 240.000 toneladas diarias de mineral, clave para baterías y acero.
- Proyecto Ksi Lisims LNG (Columbia Británica) – una planta de GNL de 30.000 millones de $, liderada por la Nación Nisga’a.
- Proyecto Hidroeléctrico de Iqaluit (Nunavut) – primera planta totalmente inuit, destinada a sustituir 15 millones de litros de diésel importado al año.
- Nouveau Monde Graphite – Fase 2 (Quebec) – mina de grafito de 1.800 millones de $, fundamental para cadenas de suministro de defensa y baterías.
- Northwest Critical Conservation Corridor (B.C.–Yukón) – un concepto para desarrollar minería y transmisión eléctrica en una zona rica en minerales estratégicos.
- Línea de Transmisión de la Costa Norte (Columbia Británica) – infraestructura eléctrica y de telecomunicaciones con potencial conexión Yukón–Canadá.
Infraestructura para un nuevo mapa energético
La pieza central del programa es la Línea de Transmisión de la Costa Norte, destinada a suministrar electricidad limpia y de bajo costo a comunidades costeras y al propio Ksi Lisims LNG. El Banco de Infraestructura de Canadá aportará 139 millones de dólares en financiación para acelerar su construcción.
La eventual extensión hacia Yukón integraría, por primera vez, al territorio dentro del sistema eléctrico continental, abriendo nuevas posibilidades para desarrollo minero y energías renovables.
Ksi Lisims LNG: ambición industrial y tensiones ambientales
El megacomplejo de GNL en Pearse Island —un proyecto indígena con participación de Western LNG, socio estadounidense de la Nación Nisga’a— aspira a producir 12 millones de toneladas anuales destinadas principalmente a mercados asiáticos.
Ottawa lo considera un pilar para aprovechar la demanda global de GNL y consolidar la expansión del sector junto con la segunda fase ya aprobada de LNG Canada en Kitimat. Según los promotores, la planta generará 800 empleos en construcción y 350 puestos permanentes, además de aportar 3000 millones de dólares a la economía.
Gracias a que operará principalmente con energía hidroeléctrica, sus desarrolladores afirman que podrá alcanzar la neutralidad de carbono en 2030.
Pero el proyecto ha provocado fuertes críticas. Environmental Defence calificó la decisión como “innecesaria y perjudicial”, mientras que la Fundación David Suzuki advirtió que esta infraestructura “alimenta la crisis climática”. Algunas comunidades indígenas de la zona también han expresado que no se ha logrado un consentimiento pleno.
Minerales críticos: la nueva apuesta estratégica
En medio del reordenamiento global de cadenas de suministro, Canadá busca posicionarse como proveedor de referencia en minerales esenciales para la transición energética, desde el níquel y el grafito hasta el tungsteno. Los proyectos mineros presentados por Canada Nickel, Nouveau Monde Graphite y Northcliff Resources alimentan directamente industrias en auge como la fabricación de baterías, el acero avanzado y tecnologías de defensa.
El gobierno federal sostiene que esta capacidad ampliada permitirá reducir la dependencia de cadenas vulnerablemente expuestas a tensiones geopolíticas, especialmente frente a Washington.
Liderazgo indígena y transición energética en el Norte
Una de las iniciativas más simbólicas es el Proyecto Hidroeléctrico Nukkiksautiit de Iqaluit, la primera central totalmente gestionada y propiedad de una organización inuit. La instalación reemplazará importaciones masivas de diésel provenientes en buena parte de Estados Unidos, marcando un paso clave hacia la soberanía energética en Nunavut.
Un nuevo corredor económico para el oeste
El Northwest Critical Conservation Corridor, aunque todavía conceptual, será estudiado por la MPO por su enorme potencial minero. La región alberga vastos depósitos de minerales estratégicos y podría convertirse en una plataforma para proyectos de transmisión eléctrica y desarrollo industrial.
La Oficina de Grandes Proyectos: un modelo de intervención estatal estratégica
La MPO, dirigida por Dawn Farrell, tiene el mandato de guiar cada proyecto desde la planificación hasta su ejecución, agilizando trámites, coordinando la mano de obra y garantizando consultas indígenas significativas.
“Nuestra labor es llevar estos proyectos hasta la línea de meta”, afirmó Farrell. El organismo también ayudará a atraer capital privado para asegurar la viabilidad a largo plazo.
Una visión de país en un momento crítico
Con presiones arancelarias desde EE.UU., una demanda internacional creciente de minerales esenciales y un mercado energético global en transición, Ottawa sostiene que es el momento de redefinir el papel del país.
“Estos proyectos son transformadores. Nos permitirán alcanzar nuestro pleno potencial como superpotencia energética”, insistió Carney.
La apuesta del gobierno, sin embargo, se desarrolla en un terreno políticamente sensible, donde intereses económicos, ambientales e indígenas convergen con tensiones geopolíticas. Para Carney, el desafío ahora será demostrar que la aceleración de inversiones puede avanzar sin sacrificar los compromisos climáticos ni los derechos de las comunidades afectadas.
Fuente: CBC News
Crédito fotográfico: Getty Images