Canadá se prepara para participar en la COP28, la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que se celebrará en Glasgow, Escocia, del 6 al 17 de noviembre de 2023. El objetivo de la cumbre es acelerar la acción global para limitar el aumento de la temperatura media del planeta a 1,5 grados Celsius, el límite establecido por el Acuerdo de París de 2015.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ha prometido que su país será un líder en la lucha contra el cambio climático y que cumplirá con su compromiso de alcanzar la neutralidad de carbono para el año 2050. Para ello, ha anunciado medidas como el aumento del precio del carbono, la prohibición de los plásticos de un solo uso, la inversión en energías renovables y la protección de la biodiversidad.
Sin embargo, Canadá también se enfrenta a varios desafíos y críticas por su política ambiental. Por un lado, el país es el cuarto productor mundial de petróleo y el quinto de gas natural, lo que supone una importante fuente de ingresos pero también de emisiones de gases de efecto invernadero. Por otro lado, algunos sectores de la sociedad civil y de la oposición política acusan al gobierno de Trudeau de no ser lo suficientemente ambicioso y de incumplir sus promesas anteriores.
En este contexto, la COP28 será una oportunidad para que Canadá demuestre su compromiso con el clima y su capacidad de cooperar con otros países para lograr un futuro más sostenible. Según el ministro de Medio Ambiente y Cambio Climático, Jonathan Wilkinson, Canadá buscará impulsar el diálogo y el consenso entre las naciones, especialmente en temas como la financiación climática, la adaptación al cambio climático y la transición justa. Asimismo, Canadá espera que la COP28 sirva para aumentar la ambición global y para que todos los países presenten planes concretos y verificables para reducir sus emisiones.