Canadá es uno de los países que más depende de la inmigración para mantener su crecimiento económico y demográfico. Sin embargo, la pandemia del COVID-19 ha provocado una fuerte disminución de los flujos migratorios hacia el país norteamericano, lo que ha generado preocupación entre las autoridades y los expertos.
Según los datos oficiales, Canadá recibió solo 184.000 inmigrantes en 2022, lo que representa una caída del 46% respecto al año anterior y el nivel más bajo desde 1998. Esta situación ha afectado negativamente al mercado laboral, al sistema de pensiones, al sector educativo y a la diversidad cultural del país.
Para revertir esta tendencia, el gobierno canadiense ha anunciado una serie de medidas innovadoras para facilitar la llegada y la integración de los inmigrantes, especialmente de los refugiados y los trabajadores calificados. Entre estas medidas se encuentran las siguientes:
- Crear una nueva vía humanitaria para acoger a 15.000 personas desplazadas de Colombia, Haití y Venezuela, que tengan familiares en Canadá que puedan apoyarlos durante un año.
- Ampliar el programa de movilidad laboral para refugiados, que permite a los solicitantes de asilo acceder a empleos temporales en Canadá mientras esperan la resolución de sus casos.
- Lanzar el piloto de movilidad económica, que facilita la obtención de la residencia permanente a los trabajadores extranjeros que cuenten con habilidades demandadas por el mercado canadiense, como la tecnología, la salud o el comercio.
- Aumentar el número de plazas para el programa de trabajadores agrícolas temporales, que beneficia principalmente a los ciudadanos de México y el Caribe, y que contribuye a la seguridad alimentaria de Canadá.
- Ofrecer servicios de pre-llegada y asistencia financiera a los inmigrantes seleccionados, para ayudarlos a prepararse para su nueva vida en Canadá y a superar las barreras del idioma, la cultura y el reconocimiento de credenciales.
Estas medidas tienen como objetivo alcanzar la meta de recibir a 401.000 inmigrantes en 2023, lo que supondría el nivel más alto de la historia de Canadá. El ministro de Inmigración, Refugiados y Ciudadanía, Marc Miller, ha afirmado que estas iniciativas responden a la necesidad de apoyar a las personas vulnerables y de fortalecer el país a través de las contribuciones de los recién llegados.
Canadá se posiciona así como un líder mundial en materia de inmigración, demostrando su compromiso con la solidaridad, la diversidad y la prosperidad.