
El 18 de febrero de 2025, la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, instó a la Unión Europea y a otros aliados internacionales a coordinar esfuerzos para enfrentar las recientes amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Estas incluyen la imposición de aranceles del 25% a las importaciones canadienses y la controvertida propuesta de anexar Canadá como el 51º estado estadounidense.
Durante su participación en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Joly advirtió a las naciones europeas sobre la posibilidad de que enfrentaran presiones similares por parte de la administración Trump. «Es inminente», afirmó, enfatizando la necesidad de una respuesta unificada para contrarrestar las políticas expansionistas y proteccionistas de Estados Unidos.
Las declaraciones de Joly se producen en un contexto de creciente tensión entre Ottawa y Washington. A principios de febrero, Trump anunció su intención de imponer aranceles del 25% a una amplia gama de productos canadienses, aunque posteriormente acordó una pausa de 30 días tras concesiones en materia de seguridad fronteriza y aplicación de la ley por parte de Canadá.
Además de las disputas comerciales, Trump ha sugerido en múltiples ocasiones la anexión de Canadá, describiéndola como una medida para garantizar la seguridad hemisférica y aprovechar los recursos naturales canadienses. Estas propuestas han sido recibidas con indignación y escepticismo en Canadá, donde líderes políticos y ciudadanos han manifestado su rechazo a la idea de convertirse en parte de Estados Unidos.
En respuesta a estas amenazas, Canadá ha intensificado sus esfuerzos diplomáticos, buscando fortalecer alianzas con la Unión Europea y otros socios internacionales. El objetivo es desarrollar estrategias conjuntas para enfrentar las políticas comerciales agresivas de Estados Unidos y preservar la soberanía canadiense.
La situación ha generado un resurgimiento del sentimiento nacionalista en Canadá. Iniciativas como la producción de gorras con el lema «Canadá no se vende» reflejan la determinación de los canadienses de defender su independencia y rechazar cualquier intento de anexión.
Mientras tanto, las conversaciones diplomáticas continúan, y Canadá busca el apoyo de la comunidad internacional para contrarrestar las presiones de la administración Trump y garantizar la estabilidad económica y política en la región.