Canadá condena la ejecución de ciudadanos canadienses en China y exige respuestas

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El gobierno de Canadá ha expresado su más enérgica condena ante la reciente ejecución de ciudadanos canadienses en China, lo que ha desatado una crisis diplomática entre ambos países. La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly, exigió explicaciones inmediatas al gobierno chino y calificó la situación como “profundamente preocupante e inaceptable”.

Tensión creciente entre Ottawa y Pekín

Las relaciones entre Canadá y China han sido tensas en los últimos años, con episodios de fricciones políticas y comerciales. Sin embargo, la ejecución de ciudadanos canadienses ha llevado la disputa a un nuevo nivel. Ottawa ha pedido acceso a información detallada sobre el caso y ha solicitado la intervención de organismos internacionales para esclarecer la situación.

“Estamos consternados por la falta de transparencia y el proceso judicial cuestionable que ha resultado en estas ejecuciones”, declaró Joly en una conferencia de prensa en Ottawa. La funcionaria aseguró que su gobierno tomará medidas diplomáticas firmes en respuesta a lo ocurrido.

Un precedente preocupante

No es la primera vez que Canadá se enfrenta a desafíos diplomáticos con China en torno a la pena de muerte. En años anteriores, otros ciudadanos canadienses han sido condenados en el país asiático por cargos de narcotráfico, espionaje o corrupción, lo que ha generado críticas sobre el respeto al debido proceso y los derechos humanos en la justicia china.

Canadá, que abolió la pena de muerte en 1976, se ha mantenido firme en su oposición a esta práctica en cualquier parte del mundo. “La pena de muerte es una violación de los derechos humanos fundamentales. No podemos aceptar que nuestros ciudadanos sean ejecutados sin un juicio justo y transparente”, añadió Joly.

Consecuencias diplomáticas y comerciales

Expertos en relaciones internacionales advierten que esta crisis podría tener consecuencias en las relaciones comerciales entre ambos países. Canadá y China mantienen importantes lazos económicos, con un comercio bilateral que supera los 100 mil millones de dólares anuales. No obstante, episodios como este podrían afectar acuerdos en sectores clave como la energía, la tecnología y la agricultura.

Por el momento, el gobierno canadiense ha convocado al embajador chino en Ottawa para expresar su descontento y exigir explicaciones. Se espera que en los próximos días el Parlamento canadiense debata posibles sanciones diplomáticas contra Pekín.

La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de este conflicto, que pone a prueba una vez más la relación entre Canadá y China en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas.

Crédito fotográfico: reuters


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