En un reciente suceso que ha suscitado controversia, las autoridades de inmigración canadienses han interpelado a un trabajador médico que huye de Gaza, indagando si en el ejercicio de su profesión brindó atención médica a combatientes de Hamas. Este hecho ha generado un debate sobre la ética y legalidad de tal cuestionamiento, ya que negar atención médica a cualquier persona herida en una zona de conflicto constituiría una violación grave de la Convención de Ginebra.
El programa de visado canadiense, que busca facilitar la salida de miembros de familias extendidas de ciudadanos y residentes permanentes canadienses de la Franja de Gaza, ha enfrentado críticas y retrasos desde su apertura el 9 de enero. La región ha sido escenario de un conflicto bélico entre Israel y Hamas que ha cobrado la vida de más de 35,000 palestinos, según fuentes de salud de Gaza. El conflicto se intensificó tras ataques de militantes liderados por Hamas que resultaron en la muerte de aproximadamente 1,200 personas en Israel, en su mayoría civiles, y el secuestro de alrededor de 250 personas el 7 de octubre de 2023.
La polémica surge a raíz de una carta obtenida por la prensa canadiense, enviada al solicitante por un oficial de inmigración de Canadá, en la cual se le pregunta explícitamente si ha “proporcionado atención médica a miembros heridos de Hamas”. En caso de una respuesta negativa, se le solicita explicar cómo logró rehusar dicha atención “sin consecuencias”. Abogados especializados en inmigración han expresado su asombro y preocupación ante estas interrogantes, calificándolas de invasivas y contrarias a los principios humanitarios internacionales.