En una rueda de prensa celebrada hoy en Ottawa, el ministro de Inmigración, Sean Fraser, hizo una declaración contundente al reconocer que el gobierno canadiense ha subestimado los desafíos asociados con el aumento de la inmigración en los últimos años. «Nos damos cuenta de que deberíamos haber actuado antes», afirmó Fraser. “Es fundamental gestionar esta situación de manera ordenada, y hemos aprendido de nuestras limitaciones en ese sentido. Estamos en deuda con nuestros ciudadanos y con los inmigrantes que buscan un nuevo hogar en nuestro país”.
Canadá, conocido por sus políticas de puertas abiertas hacia los inmigrantes, experimentó un aumento significativo en la inmigración desde 2015, impulsado por las políticas de asilo y reunificación familiar, además de una gran demanda de trabajadores calificados en sectores como la tecnología, la atención médica y la construcción. Sin embargo, el ritmo acelerado y la gran cantidad de personas que buscan establecerse en Canadá han comenzado a afectar la infraestructura de algunas provincias, especialmente en áreas como la vivienda, el empleo y los servicios públicos.
“Tenemos una sociedad acogedora, pero nuestras ciudades y nuestras provincias necesitan apoyo”, continuó Fraser, al referirse al creciente desafío de acomodar a miles de nuevos inmigrantes en ciudades como Toronto, Vancouver y Montreal, que ya enfrentan una crisis de vivienda. La escasez de viviendas asequibles y el aumento en los costos de vida han impactado negativamente en la integración de los recién llegados y han generado tensiones entre las comunidades locales y los inmigrantes.
El ministro Fraser subrayó que los niveles actuales de migración son sostenibles solo si el gobierno adopta un enfoque más coordinado y basado en las necesidades de cada región. “Los recursos están distribuidos de manera desigual en el país, y no todas las provincias están preparadas para recibir grandes cantidades de inmigrantes en tan poco tiempo”, afirmó. Este problema se agrava porque muchas de las ciudades donde se concentran los migrantes carecen de viviendas y servicios sociales suficientes, generando un estrés significativo en la infraestructura local.
El gobierno canadiense ha recibido críticas de sectores políticos y ciudadanos que argumentan que la planificación actual no ha sido suficiente. Algunos políticos de la oposición han acusado al gobierno de actuar de manera improvisada en el tema de la inmigración y han pedido una revisión completa del sistema de gestión migratoria. Por su parte, varios grupos de derechos humanos y organizaciones pro-inmigrantes han instado al gobierno a que se enfoque en la creación de políticas a largo plazo que incluyan inversiones en infraestructura, programas de capacitación laboral y mejoras en la atención social para facilitar la integración.
El ministro Fraser respondió a estas críticas mencionando que el gobierno ya está tomando medidas para implementar una serie de cambios que incluyen una mayor coordinación con las provincias, la creación de un fondo especial para la construcción de viviendas asequibles y la simplificación de los procesos de evaluación y aceptación de inmigrantes según las necesidades laborales y sociales de cada región.
Uno de los compromisos clave presentados por el ministro es la creación de un fondo especial de $2,000 millones de dólares para la construcción de viviendas accesibles en las áreas de mayor demanda. «Reconocemos que la crisis de vivienda es un problema urgente y este fondo es solo el primer paso», dijo Fraser, subrayando que este financiamiento también se destinará a la ampliación de servicios públicos como hospitales, escuelas y centros comunitarios en las ciudades receptoras.
A medida que el gobierno busca solucionar los desafíos de la migración, Fraser hizo un llamado a la cooperación entre los niveles de gobierno, organizaciones civiles y el sector privado. “Este es un esfuerzo de todos. Si queremos continuar siendo un país inclusivo y ofrecer un futuro prometedor a aquellos que eligen Canadá como su hogar, necesitamos hacer más y necesitamos hacerlo juntos», concluyó el ministro.
Esta declaración de Fraser marca un cambio en el tono de la política migratoria canadiense, enviando un mensaje claro sobre la necesidad de una gestión más proactiva y planificada de la inmigración. Se espera que el gobierno revele más detalles de su nueva estrategia en las próximas semanas, en un intento por asegurar que Canadá pueda continuar beneficiándose de la migración sin comprometer el bienestar de sus ciudadanos.