Canadá elimina el impuesto a los servicios digitales para reiniciar negociaciones comerciales con EE.UU.

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THE LATIN VOX (30 de junio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.

En un movimiento inesperado pero estratégico, el gobierno federal de Canadá anunció ayer por la noche la eliminación del controvertido impuesto a los servicios digitales (DST, por sus siglas en inglés), con el objetivo de reanudar y acelerar las negociaciones comerciales con Estados Unidos.

La medida se produce apenas días después de que el presidente Donald Trump —ahora nuevamente en la Casa Blanca— exigiera su eliminación, congelando las conversaciones bilaterales.

En una declaración publicada en redes sociales, el ministro de Finanzas, François-Philippe Champagne, afirmó que «Canadá está comprometido con negociaciones complejas para establecer una nueva asociación económica y de seguridad con Estados Unidos», y que retirar el DST “permitirá un progreso vital y reforzará nuestro trabajo para crear empleos y prosperidad para todos los canadienses».

Presión desde Washington

El impuesto, aprobado el año pasado pero con aplicación retrasada, pretendía gravar los ingresos generados en Canadá por gigantes digitales extranjeros, muchos de ellos con sede en EE. UU., que a menudo logran eludir los sistemas tributarios locales.

La política, de haber entrado en vigor este lunes como estaba previsto, habría significado una factura retroactiva de 2000 millones de dólares estadounidenses para las empresas afectadas.

Trump reaccionó con vehemencia desde el Despacho Oval el viernes pasado: «Canadá fue desatinada al implementar esto. No va a terminar bien para ellos», declaró, añadiendo que Estados Unidos tiene «un gran poder sobre Canadá».

También arremetió contra el sistema de gestión de suministros canadiense, acusando a Ottawa de imponer aranceles «de hasta 400%» sobre productos lácteos estadounidenses, aunque las cifras se aplican solo cuando se superan ciertos cupos establecidos por el acuerdo comercial CUSMA.

Una señal para destrabar las relaciones

El anuncio canadiense parece haber surtido efecto.

Según un comunicado oficial, el primer ministro Mark Carney y el presidente Trump acordaron reanudar las conversaciones comerciales con el objetivo de alcanzar un nuevo acuerdo antes del 21 de julio. La oficina del Ministro de Finanzas informó que no se iniciará la recaudación del impuesto y que pronto se presentará una legislación para derogar formalmente la Ley del Impuesto a los Servicios Digitales.

Este giro en la política fiscal representa un gesto diplomático significativo por parte de Canadá, que busca evitar una escalada de tensiones con su principal socio comercial en un contexto global cada vez más proteccionista.

¿Y ahora qué?

Mientras tanto, la decisión genera tanto aplausos como críticas. Los defensores del DST lo consideraban una medida necesaria para modernizar el sistema tributario frente a una economía .digital en expansión, donde grandes plataformas tecnológicas acumulan ingresos multimillonarios sin tributar en los países donde operan.

No obstante, en el tablero más amplio de la geopolítica y el comercio, Ottawa parece haber optado por priorizar el pragmatismo.

Con el reloj corriendo hacia la fecha límite del 21 de julio, todas las miradas están puestas ahora en cómo evolucionará esta nueva ronda de negociaciones y si Canadá logrará proteger sus intereses económicos sin ceder demasiado terreno ante las exigencias de Washington.

Una cosa está clara, la política fiscal en la era digital sigue siendo tan compleja como políticamente explosiva —y Canadá ha decidido, al menos por ahora, desactivar esta bomba tributaria en favor del comercio.

Crédito fotográfico: Getty Images


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