Canadá endurece su regulación ambiental y declara tóxicas las sustancias químicas PFAS

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El gobierno de Canadá ha dado un paso clave en la lucha contra la contaminación química al anunciar que añadirá las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) a su lista de compuestos tóxicos. Estas sustancias, ampliamente utilizadas en productos de consumo y procesos industriales, han sido vinculadas a graves riesgos para la salud, incluyendo el cáncer y trastornos hormonales.

¿Qué son los PFAS y por qué son peligrosos?

Los PFAS son un grupo de más de 4,700 compuestos sintéticos empleados en la fabricación de productos como sartenes antiadherentes, envases de comida rápida, espumas contra incendios y textiles impermeables. Su gran resistencia química les permite repeler agua y grasa, lo que los hace altamente duraderos en el medioambiente y en el organismo humano.

Sin embargo, esta misma persistencia los convierte en una amenaza para la salud pública. Investigaciones científicas han demostrado que la exposición prolongada a los PFAS puede aumentar el riesgo de cáncer, afectar el sistema inmunológico y alterar el equilibrio hormonal. Además, su presencia en fuentes de agua potable ha generado preocupación en diversas comunidades del país.

Medidas del gobierno canadiense

La decisión de incluir a los PFAS en la lista de sustancias tóxicas, bajo la Ley de Protección Ambiental de Canadá, permitirá a las autoridades implementar regulaciones más estrictas sobre su producción, importación y uso. Se espera que el gobierno federal, en colaboración con las provincias y territorios, establezca límites máximos permitidos en el agua potable y exija a las empresas reducir o eliminar gradualmente estos compuestos de sus productos.

El ministro de Medioambiente y Cambio Climático, Steven Guilbeault, destacó que esta medida es parte del compromiso de Canadá por proteger la salud de sus ciudadanos y reducir la contaminación ambiental. «No podemos ignorar los riesgos de estas sustancias. Nuestro objetivo es garantizar un entorno más seguro para las futuras generaciones», declaró en una rueda de prensa en Ottawa.

Impacto en la industria y la salud pública

La decisión del gobierno generará un impacto significativo en industrias como la de productos químicos, textiles y empaques de alimentos, que deberán adaptarse a nuevas regulaciones. Algunas empresas ya han comenzado a desarrollar alternativas más seguras, pero la eliminación completa de los PFAS tomará tiempo debido a su uso extendido.

Por otro lado, grupos ambientalistas y expertos en salud han aplaudido la medida, señalando que representa un avance en la protección de la población y del ecosistema. «Los PFAS han sido llamados ‘químicos eternos’ porque no se degradan fácilmente y se acumulan en los organismos vivos. Canadá está tomando una decisión responsable al enfrentarlos con una regulación más estricta», afirmó Elaine MacDonald, especialista en toxicología ambiental.

El desafío de la contaminación por PFAS

Uno de los mayores retos para Canadá será la limpieza de sitios contaminados con PFAS, especialmente cuerpos de agua y suelos cercanos a bases militares, aeropuertos y vertederos industriales. En algunas provincias, como Columbia Británica y Ontario, se han detectado niveles preocupantes de estos compuestos en ríos y lagos utilizados para el suministro de agua potable.

En Estados Unidos y la Unión Europea, varias jurisdicciones ya han implementado restricciones similares e incluso han prohibido ciertos tipos de PFAS en productos de consumo. La acción de Canadá lo coloca en la misma dirección de estos países en términos de regulación ambiental y salud pública.

¿Qué sigue para Canadá?

El gobierno federal ahora trabajará en definir límites específicos para los PFAS en el agua y en establecer programas para monitorear su presencia en el medioambiente. También se espera que Ottawa colabore con el sector privado para impulsar la innovación en materiales alternativos y fomentar la eliminación progresiva de estos compuestos en la industria.

A medida que los riesgos asociados a los PFAS se vuelven más evidentes, Canadá se suma a la creciente lista de países que buscan frenar su impacto y proteger a la población de los efectos nocivos de estos «químicos eternos».


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