THE LATIN VOX (11 de enero del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz
El pasado viernes, Nicolás Maduro fue nuevamente investido como presidente de Venezuela, extendiendo su gobierno hasta 2031, a pesar de las protestas masivas y la evidencia creíble que señala que su oponente, Edmundo González, fue el verdadero ganador de las elecciones.
Mientras el mundo observa con creciente preocupación, Canadá ha reaccionado imponiendo nuevas sanciones a 14 altos funcionarios venezolanos, en respuesta a la evidente erosión de la democracia y las violaciones de derechos humanos durante el proceso electoral y la represión posterior.
La ceremonia de juramentación de Maduro tuvo lugar en el Palacio Legislativo de Venezuela, un evento marcado por la presencia de militares, policías y agentes de inteligencia, mientras que una multitud de seguidores del presidente llenaba las calles cercanas.
En su discurso, Maduro arremetió contra la oposición, acusándola de intentar convertir su toma de posesión en una “guerra mundial” y calificó el fracaso de los opositores para evitar su reelección como “una gran victoria venezolana”. Además, responsabilizó a potencias extranjeras, en especial a Estados Unidos, de “atacar” a Venezuela, prometiendo proteger la “paz y soberanía nacional”.
Sin embargo, las denuncias sobre fraude electoral no cesaron. La oposición, que recopiló actas de más del 80% de las máquinas de votación electrónicas, publicó en línea los resultados que apuntaban a una victoria de González, quien habría obtenido el doble de votos que Maduro.
Estos resultados fueron respaldados por observadores internacionales, como el Centro Carter, que los calificó como legítimos. A pesar de ello, las autoridades venezolanas no ofrecieron cifras detalladas y fueron acusadas de manipulación.
En este contexto, Canadá ha decidido intensificar su postura. A través de su ministra de Relaciones Exteriores, Mélanie Joly, el gobierno canadiense anunció sanciones contra 14 funcionarios venezolanos, a quienes se les imputa su participación en violaciones de derechos humanos, especialmente en relación con la represión de las protestas tras las elecciones.
«Las acciones descaradas de Maduro demuestran que la democracia y el estado de derecho no pueden darse por sentados», declaró Joly, reiterando el firme apoyo de Canadá al pueblo venezolano en su lucha por una sociedad pacífica y democrática.
Con estas nuevas sanciones, Canadá ha sancionado a un total de 131 individuos venezolanos. La Unión Europea también se sumó a la condena, imponiendo sanciones a 15 altos funcionarios, incluidos el presidente y el vicepresidente del Tribunal Supremo de Venezuela, así como a miembros del consejo electoral. La UE afirmó que estas personas han puesto en riesgo la democracia del país.
Además, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos también aplicó sanciones adicionales a funcionarios cercanos a Maduro, incluido el presidente de la petrolera estatal PDVSA y el ministro de transporte.
La jornada de la investidura de Maduro también estuvo marcada por enfrentamientos en las calles. Miles de manifestantes salieron a las calles de Caracas exigiendo que González fuera reconocido como el legítimo presidente. Entre los opositores más destacados, la exdiputada María Corina Machado, quien había estado en la clandestinidad durante varios meses, fue detenida brevemente por las fuerzas de seguridad.
El incidente generó una ola de condenas internacionales, incluyendo expresiones de apoyo de figuras como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien pidió que los “luchadores por la libertad” fueran protegidos.
A pesar de las manifestaciones, los seguidores de Maduro celebraron su victoria, con algunos como Maricarmen Ruiz, una joven de 18 años, expresando su emoción por la continuidad del régimen y su rechazo a la figura de González.
La ceremonia de juramentación también estuvo marcada por la presencia de líderes de países aliados, como el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, y el de Cuba, Miguel Díaz-Canel. Sin embargo, varios mandatarios latinoamericanos, como el colombiano Gustavo Petro, decidieron no asistir, en protesta por las recientes detenciones de opositores y defensores de los derechos humanos en Venezuela.
Mientras tanto, González, quien se encuentra en el exilio en España, ha prometido regresar a Venezuela, aunque el gobierno de Maduro ha amenazado con arrestarlo en cuanto pise suelo venezolano. En un giro alarmante, su yerno, Rafael Tudares, fue secuestrado en Caracas, lo que ha intensificado las acusaciones contra el régimen de Maduro de recurrir a tácticas extremas para silenciar a sus opositores.
La comunidad internacional sigue observando con atención la crisis en Venezuela, con condenas generalizadas hacia las prácticas autoritarias del gobierno de Maduro y un llamado urgente a la restauración de la democracia y el respeto por los derechos humanos en el país. Las sanciones internacionales reflejan una creciente presión sobre un régimen que parece más decidido que nunca a aferrarse al poder, mientras los venezolanos siguen luchando por un futuro más libre y democrático.
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