El gobierno canadiense ha iniciado una investigación sobre el asesinato de un activista sij en India, después de que se revelara que los diplomáticos indios en Canadá habían sido vigilados por las autoridades locales por sospechas de espionaje.
El activista, Surjit Singh, fue asesinado a tiros el pasado 23 de agosto en la ciudad de Patiala, en el estado de Punjab, donde se había trasladado desde Canadá para visitar a su familia. Singh era un miembro destacado de la Federación Sij de Canadá, una organización que aboga por los derechos humanos y la autodeterminación de los sijs en India.
Según un informe, Singh había sido objeto de seguimiento por parte de los diplomáticos indios en Canadá, que lo consideraban una amenaza para la seguridad nacional de India. El informe se basa en documentos confidenciales obtenidos por el medio, que muestran que los diplomáticos indios habían recopilado información sobre las actividades y los contactos de Singh y otros activistas sijs en Canadá.
Los documentos también revelan que los diplomáticos indios habían sido sometidos a una intensa vigilancia por parte de las agencias de inteligencia canadienses, que sospechaban que estaban involucrados en actividades de espionaje y propaganda contra la comunidad sij canadiense. Las autoridades canadienses habían interceptado las comunicaciones de los diplomáticos indios y habían registrado sus movimientos y reuniones con fuentes locales.
El ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, Marc Garneau, ha confirmado que su gobierno está al tanto del asesinato de Singh y que ha pedido a India que lleve a cabo una investigación exhaustiva y transparente sobre el caso. Garneau también ha expresado su preocupación por las acusaciones de espionaje contra los diplomáticos indios y ha afirmado que Canadá defenderá la libertad de expresión y asociación de sus ciudadanos.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de India, Arindam Bagchi, ha negado cualquier implicación de los diplomáticos indios en el asesinato de Singh y ha calificado las acusaciones de espionaje como infundadas y maliciosas. Bagchi también ha acusado a Canadá de interferir en los asuntos internos de India y de albergar a elementos separatistas sijs que amenazan la integridad territorial y la soberanía de India.
El asesinato de Singh ha generado una ola de condena y solidaridad entre la comunidad sij canadiense, que cuenta con más de medio millón de miembros. Varios líderes políticos y religiosos sijs han exigido justicia para Singh y han denunciado la represión y la violencia que sufren los sijs en India.