
THE LATIN VOX (31 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Mientras continúan los estragos de la guerra en Gaza y el cerco humanitario cobra más vidas, Canadá ha comenzado el lanzamiento aéreo de ayuda humanitaria sobre el enclave palestino, con el apoyo logístico de Jordania.
La operación se produce apenas un día después de que el primer ministro Mark Carney anunciara que Ottawa reconocerá oficialmente al Estado de Palestina, una decisión que ha generado tanto elogios como condenas en todo el mundo.
Un gesto simbólico con impacto limitado
La ministra de Asuntos Exteriores, Anita Anand, publicó en redes sociales imágenes de palés de ayuda con banderas canadienses lanzados desde aeronaves jordanas. Sin embargo, expertos en ayuda humanitaria advierten que estos esfuerzos son, en el mejor de los casos, insuficientes.
“Los lanzamientos aéreos son caros, ineficientes y pueden incluso matar a civiles hambrientos”, advirtió Philippe Lazzarini, jefe de UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos.
En efecto, ya se han reportado casos de palés que cayeron al mar o que impactaron a personas en tierra.
A pesar de estos riesgos, Canadá ha optado por esta vía ante la dificultad de hacer llegar camiones con ayuda directamente al interior de Gaza, debido al bloqueo israelí.
El gobierno de Israel ha relajado ligeramente sus restricciones al ingreso de alimentos y medicinas, tras semanas de presión internacional por la creciente crisis de hambre que vive la población gazatí.
Las imágenes de civiles desesperados siendo abatidos a tiros en zonas de distribución de ayuda gestionadas por Israel generaron un repudio generalizado y empujaron a gobiernos como el canadiense a exigir cambios.
Reconocimiento del Estado palestino: Un giro diplomático
Más allá de la ayuda humanitaria, el paso más trascendental ha sido el reconocimiento oficial del Estado palestino por parte de Canadá, anunciado por Carney el miércoles.
En su declaración, el primer ministro señaló que la decisión busca preservar la viabilidad de la solución de dos Estados, y que está condicionada a que la Autoridad Palestina emprenda reformas internas y celebre elecciones en 2026, algo que no ocurre desde 2006.
La respuesta internacional no se hizo esperar. Arabia Saudita, Jordania y Catar aplaudieron la medida, mientras que el gobierno israelí la condenó tajantemente. Diversas organizaciones judías canadienses acusaron a Carney de debilitar las negociaciones de alto el fuego y alentar la violencia, mientras que organizaciones pro-palestinas la consideraron un paso valiente y necesario.
Un equilibrio político delicado
Según el profesor Thomas Juneau, especialista en asuntos internacionales de la Universidad de Ottawa, Carney ha hecho “lo correcto” al reconocer a Palestina. “La única forma de debilitar a Hamás es fortalecer a la Autoridad Palestina, darle legitimidad y apoyo estructural”, afirmó.
Juneau subraya que, aunque Canadá no tiene un peso decisivo en el conflicto, su decisión podría tener un impacto modesto pero real, especialmente si se suma a la de otros países europeos que planean formalizar su reconocimiento durante la próxima Asamblea General de la ONU en septiembre.
Un gesto humanitario… ¿y estratégico?
Canadá ha defendido su postura como parte de un enfoque equilibrado que busca combinar la presión diplomática, la asistencia humanitaria y la promoción de un futuro político para Palestina. Sin embargo, la oposición interna es significativa.
Mientras los conservadores acusan al gobierno de “alentar a Hamás”, el Nuevo Partido Democrático (NDP) exige medidas más contundentes, como restricciones al comercio y a la venta de armas a Israel.
Carney, por su parte, evitó comprometerse sobre ese punto.
Gaza entre la tragedia y la política global
Los canadienses, como muchos ciudadanos del mundo, ven con creciente alarma la situación humanitaria en Gaza, donde decenas de miles de palestinos han muerto desde el inicio de la ofensiva israelí.
Aunque los lanzamientos aéreos no resolverán la crisis, el gesto canadiense marca un cambio en el tono diplomático de Ottawa y podría sentar precedentes en el enfoque de otros países occidentales.
Como dijo Lazzarini: “El hambre provocada por el hombre solo puede resolverse con voluntad política. Levanten el asedio, abran las puertas y garanticen el movimiento seguro.”
En esa línea, el reconocimiento de Palestina por parte de Canadá podría interpretarse como un primer intento de mover las fichas hacia una paz aún lejana, pero no imposible.
Crédito fotográfico: Anita Anand (Cuenta oficial en X)