En un esfuerzo sin precedentes para combatir los incendios forestales, la Agencia Espacial Canadiense (CSA, por sus siglas en inglés) ha anunciado una inversión de 72 millones de dólares en una constelación de satélites que revolucionará la manera en que se monitorean los incendios activos en el país.
El programa, denominado WildFireSat, constará de siete satélites que serán lanzados al espacio en 2029. Su objetivo principal es recopilar datos diarios sobre incendios forestales en todo el territorio canadiense, permitiendo a las autoridades evaluar cuáles representan el mayor peligro y prever su comportamiento.
Esta información será crucial para optimizar el despliegue de bomberos y equipos, lo que, en última instancia, podrá salvar vidas y reducir las pérdidas económicas.
«Un pequeño número de incendios es responsable del 90 por ciento de los daños», explicó Lisa Campbell, presidenta de la Agencia Espacial Canadiense, durante una rueda de prensa en la sede de la CSA en la Riviera Sur de Montreal.
El programa WildFireSat llega en un momento crucial. Según el ministro de Medio Ambiente de Canadá, Steven Guilbeault, los incendios forestales se están convirtiendo en un problema cada vez más costoso debido al cambio climático.
«Si retrocedemos unos quince años, el costo anual promedio del cambio climático en Canadá era de aproximadamente 200 millones de dólares. En 2024, esa cifra alcanzó los 8 mil millones, un aumento exponencial. Algunos estudios predicen que podría llegar a 25 mil millones en los próximos años», advirtió Guilbeault.
Las temporadas de incendios forestales se han vuelto más largas e intensas, impulsadas por el aumento de las temperaturas, la disminución de las precipitaciones y eventos meteorológicos extremos. Según la CSA, la cantidad de bosques canadienses que arden cada año podría duplicarse en las próximas décadas.
El contrato para desarrollar la constelación de satélites fue otorgado a Spire Global Canada, una empresa con sede en Ontario. Los satélites estarán equipados con sensores infrarrojos que permitirán la captura de imágenes térmicas, lo que permitirá a los expertos evaluar la intensidad del fuego y su propagación en tiempo real.
El programa WildFireSat es pionero a nivel global, ya que será el primer sistema de monitoreo de incendios forestales desde el espacio desarrollado por un país. La Agencia Espacial Canadiense ha revelado que otras naciones ya han mostrado interés en esta tecnología.
Además de su utilidad para combatir incendios, los datos recopilados por los satélites se integrarán en diversos sistemas de monitoreo, incluyendo el Índice de Calidad del Aire y Salud de Canadá, modelos de respuesta a emergencias ambientales, pronósticos de humo y evaluaciones de impacto en la salud.
«Nuestro objetivo es garantizar que los datos sean accesibles para todos los canadienses», aseguró Campbell.
El impacto económico de los incendios forestales en Canadá ha sido devastador, con costos que ascienden a miles de millones de dólares anuales. Sin embargo, se espera que el programa WildFireSat ayude a reducir significativamente estos gastos. Según estimaciones oficiales, los satélites podrían ahorrar entre 1.000 y 5.000 millones de dólares en los primeros cinco años de operación.
El proyecto también responde a una realidad cada vez más evidente: nunca habrá suficientes bomberos para controlar todos los incendios forestales en Canadá. La posibilidad de obtener una perspectiva desde el espacio permitirá una distribución más eficiente de los recursos en tierra, haciendo que los esfuerzos de los equipos de emergencia sean más efectivos.
Con el lanzamiento de la constelación WildFireSat en 2029, Canadá dará un paso significativo hacia la protección de sus bosques y comunidades contra los incendios forestales. En un mundo donde el cambio climático sigue intensificándose, esta iniciativa no solo beneficiará a Canadá, sino que también podría servir como modelo para otros países que enfrentan retos similares.
El compromiso de Canadá con la innovación tecnológica en la lucha contra los incendios demuestra que la ciencia y la colaboración internacional pueden marcar la diferencia en la protección del medio ambiente y la seguridad de las poblaciones afectadas.