
THE LATIN VOX (1 de julio del 2025).- Por Francisco Javier Valdiviezo Cruz.
Canadá está dando un paso significativo en la lucha contra las enfermedades crónicas vinculadas a la alimentación. Las nuevas etiquetas nutricionales frontales —blancas y negras, con advertencias claras sobre los altos niveles de azúcar, sodio y grasas saturadas— ya comenzaron a aparecer en los supermercados del país, seis meses antes del plazo oficial fijado por el gobierno federal.
Anunciadas por primera vez en 2022 por Health Canada, estas etiquetas buscan ser una herramienta rápida y accesible para que los consumidores puedan tomar decisiones alimentarias informadas, en un contexto donde la obesidad, la hipertensión, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares siguen en aumento.
¿Qué dicen las etiquetas?
Las advertencias se colocan en la parte frontal de los productos preenvasados que contienen un 15% o más del valor diario recomendado de sodio, azúcar o grasas saturadas por porción. Esto significa que un alimento podría estar muy cerca de ese umbral —por ejemplo, con un 14%— y no llevar la advertencia, lo que ha sido señalado por algunos expertos como una limitación importante.
“Estas etiquetas pueden ser un buen punto de partida para quienes buscan entender mejor lo que están consumiendo”, afirma Brittany Brown, dietista registrada en Dartmouth, Nueva Escocia. “Pero también debemos tener cuidado con lo que no nos están diciendo.”
La tensión entre nutrición y acceso
Uno de los principales debates en torno a esta política es el impacto que podría tener en poblaciones con bajos ingresos. Muchos de los productos que ya lucen estas advertencias —como comidas congeladas, palomitas para microondas y gaseosas— suelen ser opciones más accesibles para muchas familias.
“La seguridad alimentaria sigue siendo un gran desafío”, explica Brown. “A veces, aunque sepa que un alimento tiene altos niveles de azúcar, si es lo único que puedo pagar, lo voy a elegir igual.”
Este aspecto social ha llevado a algunos a advertir sobre el riesgo de estigmatizar ciertos alimentos y a quienes los consumen, en lugar de abordar las desigualdades estructurales en el acceso a una alimentación saludable.
¿Una tendencia global?
Canadá no es el primer país en implementar este tipo de etiquetas. En América Latina, por ejemplo, Chile y México han optado por señales de alto en negro, de gran tamaño y muy visibles. En Europa, sistemas como el Nutri-Score califican los alimentos entre “A” (más saludable) y “E” (menos saludable).
Liesel Carlsson, profesora de nutrición en la Universidad Acadia, destaca que aunque el diseño canadiense puede parecer “poco impactante” en comparación, existe evidencia que respalda su eficacia.
“Incluso cuando los consumidores no están buscando información nutricional, este tipo de etiquetas capta su atención”, señala. Además, añade, “la industria alimentaria probablemente reformule productos para evitar tener que llevar la advertencia en sus envases.”
Un cambio que ya está en marcha
Aunque la fecha límite para la implementación obligatoria es el 1 de enero de 2026, cadenas como Sobeys ya han comenzado a incorporar las etiquetas en sus marcas propias, como Compliments y Big 8. La empresa declaró a CBC News que “busca empoderar a los clientes con información clara” y se ha adelantado a los cambios trabajando activamente con sus proveedores.
¿Qué productos están exentos?
Health Canada ha excluido ciertos alimentos por su valor nutricional o por razones técnicas. Entre los exentos se encuentran:
- Leche, yogur natural y quesos, por su aporte de calcio.
- Carnes molidas crudas, para evitar comparaciones engañosas con cortes enteros.
- Mantequilla, sal, azúcar y otros productos básicos.
- Alimentos en envases muy pequeños.
Una nueva cultura alimentaria
Con esta medida, Canadá se suma a un creciente movimiento internacional que reconoce que la información nutricional debe ser accesible, visible y comprensible en el momento de la compra. Pero como advierten los expertos, la etiqueta es solo el principio: el desafío real será educar, reformular productos y garantizar que una alimentación saludable sea una opción viable para todos, sin excepción.
Crédito fotográfico: Getty Images