Canadá mira hacia Asia ante la escalada arancelaria de Trump: Ottawa busca nuevos socios para reducir su dependencia de Estados Unidos

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THE LATIN VOX (29 de octubre del 2025).- Por Daniela Medina.

La guerra comercial entre Canadá y Estados Unidos ha entrado en una fase nueva y peligrosa. Con la administración del presidente Donald Trump anunciando un aumento del 10% en los aranceles a las importaciones canadienses una medida que el mandatario justificó como “necesaria para proteger la industria norteamericana”, el gobierno canadiense ha comenzado a redefinir sus prioridades estratégicas, mirando decididamente hacia Asia como una alternativa comercial viable y de largo plazo.

De acuerdo con un informe publicado por Bloomberg , altos funcionarios del Ministerio de Comercio Internacional de Canadá y del Departamento de Finanzas han iniciado conversaciones con gobiernos de Japón, Corea del Sur, India, Vietnam y Singapur para acelerar la expansión de los acuerdos de cooperación y libre comercio ya existentes. El objetivo, según fuentes citadas por la agencia, es “reducir de manera sustancial la exposición económica de Canadá a los vaivenes políticos de Washington” , una dependencia que durante décadas ha dominado la política comercial canadiense.

Un giro forzado por la tensión con Washington

El detonante de esta reorientación fue la reciente decisión de la Casa Blanca de soportar los aranceles sobre productos canadienses, especialmente en los sectores del acero, aluminio, madera y automóviles, acusando a Ottawa de “competencia desleal” y “falta de reciprocidad”.

La respuesta del gobierno canadiense no se hizo esperar. El primer ministro Mark Carney , en declaraciones desde Ottawa, calificó las de Trump como “un golpe directo al corazón del comercio norteamericano” , y advirtió que Canadá “no permanecerá de brazos cruzados mientras se castiga injustamente a nuestros trabajadores y exportadores”.

Carney, quien participó recientemente en la Cumbre de la ASEAN en Yakarta , afirmó que su gobierno reforzará la cooperación con Asia-Pacífico, una región que considera “fundamental para el futuro económico de Canadá”. “La diversificación no es una opción; es una necesidad estratégica”, dijo.

La herencia de una relación asimétrica.

Desde la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, y su posterior modernización con el T-MEC , Canadá ha dependido de Estados Unidos para aproximadamente el 75% de sus exportaciones totales . Esa interdependencia, que durante décadas se percibió como una garantía de estabilidad, se ha convertido en una vulnerabilidad crítica ante las políticas proteccionistas del actual presidente estadounidense.

Los expertos en economía internacional advierten que esta nueva ronda de tensiones comerciales podría generar pérdidas millonarias. Según estimaciones preliminares del Instituto CD Howe , los nuevos aranceles podrían costar a la economía canadiense más de 12.000 millones de dólares anuales y afectar cerca de 200.000 empleos en sectores industriales clave.

“Canadá está aprendiendo una lección dolorosa: depender de un solo mercado, por grande que sea, implica un riesgo geopolítico enorme”, señaló la economista Jennifer McKenzie , profesora de la Universidad de Toronto. “Asia se perfila como una alternativa natural, con mercados dinámicos, una clase media en expansión y mayor estabilidad comercial”.

Asia, el nuevo horizonte comercial canadiense

El gobierno federal ha reactivado su estrategia conocida como “Indo-Pacific Pivot” , anunciada originalmente en 2023, pero que hasta ahora había tenido una implementación parcial. Bajo esta iniciativa, Canadá busca fortalecer sus lazos económicos, diplomáticos y tecnológicos con las economías del Indo-Pacífico.

Entre las medidas más relevantes se incluyen:

  • La creación de un fondo de 3.000 millones de dólares canadienses para incentivar la inversión bilateral con países de Asia.
  • La ampliación de misiones comerciales en Tokio, Nueva Delhi, Seúl y Hanói .
  • La apertura de un centro canadiense de innovación tecnológica en Singapur.
  • La negociación de nuevos acuerdos sobre energía limpia y suministro de minerales críticos con Indonesia y Filipinas , claves para la transición energética global.

Fuentes diplomáticas confirmaron que funcionarios de Ottawa también mantienen contactos con China , aunque el enfoque es “prudente y limitado”, dadas las tensiones políticas bilaterales de los últimos años. “No se trata de una reconciliación, sino de pragmatismo económico”, explicó un asesor gubernamental.

Impacto en la economía y la política interna canadiense

Las medidas de Trump han agitado el debate político dentro de Canadá. La oposición conservadora acusa al gobierno liberal de Carney de “fracasar en la defensa de los intereses nacionales ante Washington”. Sin embargo, varios analistas consideran que el viraje hacia Asia puede ser una de las decisiones estratégicas más importantes de las últimas décadas.

“Canadá tiene la oportunidad de reposicionarse como un puente entre Occidente y Asia”, dijo Michael Chong , exministro de Comercio Internacional. “Pero requiere rapidez, diplomacia y una visión clara de sus prioridades industriales: energía, tecnología verde, y seguridad alimentaria”.

Los mercados financieros, por su parte, reaccionaron con cautela. El dólar canadiense cayó brevemente frente al estadounidense tras el anuncio de los nuevos aranceles, pero se estabilizó tras conocerse los planos de diversificación. Empresas del sector energético y minero —particularmente aquellas con operaciones en Asia— registraron incrementos en sus acciones.

El papel del comercio sostenible y la tecnología

Uno de los pilares del nuevo enfoque canadiense es el desarrollo de una red de cooperación tecnológica y climática con socios asiáticos. Ottawa busca exportar su experiencia en energía limpia, inteligencia artificial y tecnologías agrícolas sostenibles, mientras impulsa acuerdos que aseguren un acceso estable a minerales críticos como el litio, el níquel y el cobalto.

“Canadá puede posicionarse como un proveedor confiable de recursos estratégicos para Asia, al mismo tiempo que impulsa un crecimiento económico respetuoso con el medio ambiente”, sostuvo Andrea Lin , analista de la Asia Pacific Foundation de Canadá.

Una alianza norteamericana en crisis

En Washington, el equipo económico de Trump ha defendido los nuevos aranceles como una medida “temporal” para presionar a Canadá a renegociar ciertas cláusulas del T-MEC, especialmente aquellas vinculadas a subsidios industriales y normas ambientales. Sin embargo, diplomáticos de ambos países reconocen que la confianza bilateral se ha deteriorado notablemente.

«Durante décadas, Canadá fue el aliado comercial más estable de Estados Unidos. Hoy, esa relación pende de un hilo», afirmó un exdiplomático canadiense en Washington. “Trump no solo ha modificado las reglas del comercio; ha alterado la psicología del vecino del norte”

El futuro del comercio canadiense.

Mientras se intensifica la disputa con Estados Unidos, Canadá parece decidida a acelerar su apertura hacia Asia. En palabras del primer ministro Carney:

«No podemos depender de una sola puerta cuando el mundo nos ofrece muchas. Canadá está lista para mirar al Pacífico con los ojos del siglo XXI».

Con una economía altamente integrada, un sistema financiero estable y abundantes recursos naturales, Canadá podría emerger como un socio clave en el nuevo orden comercial del Indo-Pacífico. Pero el desafío no será menor: adaptarse a un escenario global en el que las alianzas se redefinen, los mercados se fragmentan y la diplomacia económica se convierte en un campo de batalla.


La guerra entre Ottawa y Washington marca un punto de inflexión histórica. Mientras Trump soporta su política económica, Canadá busca en Asia no solo nuevos mercados, sino también un camino hacia la autonomía estratégica. En un mundo multipolar y convulso, ese viraje podría determinar el futuro de su prosperidad y su papel en la economía global del siglo XXI.

Fuente: www.bloomberg.com

Foto: Google fotos


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